Gabón: riquezas y carencias
especiales
Leo asombrado que la mayor parte de la dirigencia gabonesa apenas tiene conocimientos elementales, nunca ha trabajado y solo se ha ocupado de llenar sus arcas, como premio por el dejar hacer a las compañías occidentales, principalmente a la exmetrópoli, Francia, en la explotación de vastos recursos en la mayor parte de sus 267 667 kilómetros cuadrados.
A pesar del saqueo, las entradas son altas, y con algo más de millón y medio de habitantes, el Producto Interno Bruto llega a ser el mayor de la generalmente carente África subsahariana.
Algunos investigadores califican de dictadura a cualquiera de los gobiernos de turno, muy pocos de la nación africana, y a sus gobernantes de necios y corruptos que nunca han trabajado, porque tienen igual patrón: ni estudios, ni oficio, ni competentes. Algunos de ellos compraron títulos en universidades españolas, afirman candidatos a cargos mediante elecciones, personas poco fiables que ahora critican a quienes siempre sirvieron.
Muy poco citado en las noticias –casi nunca-, Gabón, oficialmente República Gabonesa, es un país del oeste de África central. Limita con Guinea Ecuatorial, Camerún, la República del Congo y el Golfo de Guinea. Desde su independencia de Francia el 17 de agosto de 1960, la República ha sido gobernada por dos presidentes autocráticos; el titular El Hadj Omar Bongo ha estado en el poder entre 1967 y 2009, y era hasta el momento de su muerte el Jefe de Estado de África que llevaba más tiempo en el cargo.
El territorio de Gabón estuvo habitado desde hace 9 000 años, tal cual lo evidencia la arqueología. Al parecer, la primera etnia presente en la zona fueron los pigmeos, que cierto tiempo después fueron seguidos por oleadas de diversas etnias, entre ellos los bantúes.
Los primeros europeos en llegar a Gabón fueron comerciantes portugueses, que llegaron a la región en el siglo XV y le dieron el nombre de Jabão. Luego, en el siglo siguiente llegaron comerciantes holandeses, franceses y británicos.
Siempre los franceses
Francia asumió el estado de «protectora» del territorio después de firmar tratados con los jefes de las tribus locales en 1839 y 1841. En el año siguiente, misioneros estadounidenses establecieron una misión en Baraka (actual ciudad de Libreville, capital del país) en 1842. En 1849 los franceses capturaron un navío de esclavos y los libertaron en la desembocadura del río Komo, los esclavos libertados nombraron a ese asentamiento Libreville (ciudad libre en francés). En 1910, Gabón llegó a ser uno de los cuatro territorios del África Ecuatorial Francesa, una federación que sobrevivió hasta 1959. Estos territorios se hicieron independientes el 17 de agosto de 1960.
El primer presidente de Gabón, elegido en 1961, fue Léon M'ba, con El Hadj Omar Bongó como su vicepresidente. Cuando M'Ba falleció, en 1967, Bongó lo reemplazó y estableció un sistema de partido único, el Partido Democrático de Gabón. Fue el jefe de Estado desde entonces hasta su muerte, el 8 de junio de 2009, y el cargo lo ejerce ahora Ali Bongó.
Gabón es rico en recursos minerales. Posee yacimientos de uranio, manganeso y petróleo, que se explotan en la actualidad. También se han encontrado enormes depósitos de mineral de hierro, considerados como los más ricos del mundo, y yacimientos de mineral de plomo y plata. Tiene, además, valiosos recursos forestales, principalmente maderas de okoumé, caoba, kevazingo y ébano.
La riqueza minera de Gabón le ha proporcionado uno de los más altos niveles de vida de África, y ha mantenido los bosques a salvo de la presión explotadora.
La economía de Gabón depende de sus explotaciones mineras y de sus recursos forestales. Otros recursos importantes son el petróleo, el manganeso y el uranio.
Pero a pesar de esto, tiene un desempleo del 21%, la agricultura de subsistencia ocupa al 52% de la población activa, y el 4% de sus habitantes tiene VIH/SIDA.
El país carece de sistema de cobertura sanitaria. Los trabajadores que cotizan a la seguridad social no tienen las ventajas que se encuentran en los países desarrollados que aplican el mismo sistema. Asimismo, la mayoría (para no decir la totalidad) de los tratamientos médicos no están cubiertos. Desde la simple consulta, hasta los tratamientos más elaborados, son cobrados.
Existen instituciones internacionales que proponen una formación adecuada privada, pero su acceso es restringido a una gran parte de la población, que tiene que conformarse con la Universidad Omar Bongó Ondimba, la única en ofrecer matrículas baratas, porque no hay educación superior gratuita. Además, confronta desafíos en materia de educación (especialmente los referidos a la retención de las niñas y mujeres en la escuela), VIH/SIDA y mortalidad en la niñez.
Tampoco la robusta economía gabonesa se refleja en el mejoramiento de las condiciones de vida de gran parte de la población, ya que un 40% de los habitantes vive por debajo del umbral de pobreza.
En este aspecto, la tasa de mortalidad de menores de un año se ha mantenido en 69 muertes por cada 1 000 nacidos vivos, y la de los niños menores de cinco años es de 91, según datos del 2011.
Los logros en materia de educación se ven ensombrecidos por las condiciones de hacinamiento que reinan en las escuelas de enseñanza primaria y las altas tasas de deserción escolar en el ciclo secundario.
A medida que se avanza en la educación secundaria, aumenta la disparidad de género. Solo la mitad de las estudiantes llegan a los últimos años del ciclo escolar secundario.
Hasta el momento, el clima es pacífico en Gabón, donde las riquezas son abundantes, pero la distribución sigue siendo muy desigual y la pobreza alcanza elevados índices por deficiencias propias, y no por la crisis económica que afecta al mundo.
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