La pobreza y el desempleo hunden a Bosnia en una espiral de violencia

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La pobreza y el desempleo hunden a Bosnia en una espiral de violencia
Fecha de publicación: 
9 Febrero 2014
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La impotencia del poder en Bosnia para reactivar la economía y frenar el empobrecimiento de su población, con uno de cada dos habitantes en el paro, ha provocado en los últimos días la espiral de violencia más grave desde las guerras civiles de los años 1990.

 

"Esta exasperación se debe a una situación política completamente caótica y a una situación económica y social, seriamente agravada", dijo a la AFP el analista Srecko Latal, para quien el descontento social "se ha acumulado en los últimos años".

 

El Acuerdo de Paz de Dayton (Estados Unidos), que puso fin a la brutal guerra en Bosnia-Herzegovina (1992-1995), dividió el país en dos entidades, una serbia y otra croato-musulmana, e instauró una compleja estructura institucional, en donde serbios, croatas y musulmanes comparten el poder.

 

Las administraciones regionales invierten el 65% de su presupuesto en pagar a sus trabajadores.

 

Según las ONG, la corrupción y el nepotismo salpican todas estas instituciones.

 

Las instituciones centrales, asimismo, viven casi de forma permanente situaciones de bloqueo, ya que cualquier decisión necesita el acuerdo de los líderes de las diferentes comunidades.

 

La comunidad internacional, que cuenta en Bosnia con un alto representante con poderes discrecionales, decidió desde 2006 dejar de intervenir progresivamente en la vida política. Anteriormente, los altos representantes imponían leyes o destituían a responsables políticos.

 

En una entrevista publicada este domingo por el diario Kurier, el actual alto representante, el austríaco Valentin Inzko, indicó que "si la situación empeora", la UE podría enviar más soldados a Bosnia, aunque precisó que "por ahora no".

 

Unos 600 soldados se encuentran desplegados en Bosnia, en el marco de la operación Eufor-Alther, bajo mandato de Naciones Unidas.

 

El movimiento comenzó en Tuzla, otrora la ciudad industrial más importante del país, en donde decenas de empresas cerraron, dejando a miles de personas sin empleo. Las protestas se extendieron después a la capital y a varias grandes ciudades, en especial, las de mayoría musulmana.

 

Al término de las manifestantes convocadas el viernes contra la pobreza y para reclamar la dimisión de las autoridades, se produjeron actos violentos que se saldaron con el incendio o la destrucción de instituciones regionales o municipales en varias ciudades del país.

 

Los jefes de gobierno de las regiones de Tuzla, Zenia y Sarajevo dimitieron, presionados por la calle.

 

Varios cientos de policías y manifestantes resultaron heridos.

 

Unas 200 personas se manifestaron este domingo en la capital bosnia ante la sede de la presidencia, un día después de que cientos de personas descendieran a la calle en Bihac y Sarajevo, donde no se registraron incidentes.

 

Algunos analistas advirtieron del riesgo de una explosión del descontento popular, si bien los bosnios se mostraron sorprendidos por las protestas.

 

El desempleo afecta al 44% de la población, según la agencia nacional de estadística. Sin embargo, el banco central reduce este porcentaje al 27,5%, debido al elevado número de personas que trabajan en negro.

 

"La elevada tasa de desempleo (...) representa aún una amenaza. Para asegurar un futuro próspero y tranquilo para Bosnia, hay que luchar contra el desempleo", advirtió en enero la directora del Banco Mundial para el sureste de Europa, Ellen Goldstein.

 

Un bosnio de cada cinco vive por debajo del umbral de la pobreza, según las estadísticas oficiales. El salario mensual medio es de 420 euros (572 dólares). La economía creció alrededor de un 1% en 2013, tras haberse reducido en medio punto en 2012.

 

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