Cubanos: Gordos, pero contentos

especiales

Cubanos: Gordos, pero contentos
Fecha de publicación: 
28 Noviembre 2011
18

Fotos: Armando Santana

 

Un sondeo hecho esta mañana al azar entre cubanos que se encaminaban a sus trabajos y otras ocupaciones, parece evidenciar que los habitantes de esta Isla, como tendencia, se encuentran satisfechos con su imagen corporal y el exhibir algunas libras de más no les provoca demasiadas angustias.

Es probable que la alta autoestima que acompaña a los cubanos, así como otras preocupaciones referidas a la subsistencia, les hagan relegar a planos secundarios el asunto de su peso corporal, aun tratándose de un asunto también asociado a la salud.

Hay quienes identifican la gordura como sinónimo de estatus, resultado del consumo de «víveres y licores finos»

Tanto es así, que el doctor Luis Estruch, vicetitular de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, refirió que el 75 por ciento de las muertes en Cuba son debidas a enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, cáncer, diabetes, tabaquismo, alcoholismo y a la obesidad.

No obstante, Nereyda G., exhibiendo con desenfado las libras que se le escabullen de su pantalón a la cadera, declara a este sitio digital que «yo no me preocupo por eso; hay asuntos más importantes en que tengo que poner mi mente. Además, al cubano le gusta la mujer envueltica en carne. La flaquencia esa, déjasela a las modelos».

Quizás los razonamientos de esta capitalina de 32 años figuren entre los que condicionan que el número de habitantes con sobrepeso en la Isla se haya incrementado en un 20 por ciento durante las últimas dos décadas. Así lo dio a conocer en abril último el doctor Raúl Pérez, director del Instituto Nacional de Nutrición e Higiene de los Alimentos de Cuba, durante el IV Congreso Internacional de Salud y Calidad de Vida, realizado en Holguín.

La anterior estadística se complementa con la ofrecida por el doctor Jorge Pablo Alfonso Guerra, presidente de la Sociedad Cubana de Nefrología, quien asegura que el 43% de la población del país está aquejada de obesidad, padecimiento que cataloga como «epidemia del siglo XXI».

 

Algunos creen equivocadamente que comer «calne’ puerco» es alcanzar el paraíso en cuestiones de nutrición

 

Las cubanas parecen «sufrirla» en algunos casos con mayor insatisfacción que los hombres, guiadas por determinados patrones estéticos, exigencias de la moda y también por enfoques de género y prejuicios. Esteban F., plomero por cuenta propia, fue sorprendido por Cubasí mientras engullía goloso una pizza familiar, y, sin ningún complejo de culpa, limpiándose el puré de tomate que le teñía la comisura de los labios, comentó risueño: «hay que disfrutar, que la vida es corta y complicá».

 

¿Un regalo para el cumpleaños o para la obesidad?

 

Con independencia de la situación económica que marca al país y, por tanto, también las arcas de las familias, el tema de una nutrición saludable parece estar demandando de una mayor educación y acciones preventivas. Porque con lo que a Esteban le costó la pizza, 25 pesos, podía haber adquirido guayabas, frutabomba y habichuelas, por ejemplo, más saludables y nutritivas. Pero en tales conductas influyen desde patrones culturales, hábitos y prejuicios, hasta las facilidades y opciones para lograr una comida rápida.

 

Aunque deben ser más y a mejores precios, en placitas y agromercados las frutas y vegetales constituyen una opción para la dieta del cubano

 

El propio director del Instituto Nacional de Nutrición e Higiene de los Alimentos, doctor Raúl Pérez, ha señalado que «es importante la aplicación de políticas sanitarias y educacionales, que permiten socializar la necesidad de consumir alimentos que mantengan el equilibrio del organismo y eviten el exceso de grasa»; recomienda una «dieta baja en grasas y carbohidratos y rica en hortalizas y frutas, además de realizar ejercicios físicos sistemáticos, como caminar 30 minutos diariamente de forma continua y progresiva».

 

Hoy, esta imagen es usual en la cotidianidad de los barrios en la Isla

 

Como sin duda la obesidad resulta una epidemia mundial, Cuba no se libra de ella, aun cuando, navegando en la Red de redes, puedan encontrarse interrogantes tan absurdas como «¿Y en Cuba existen gordos, a pesar de que existe una cartilla para ir a las tiendas donde les dan todo racionado?»
 

Paradójicamente, en naciones del llamado primer mundo, la desnutrición igual tiene cabida, y, junto a esta, a la vez se vuelven alarmantes los problemas de salud ocasionados por ingerir la conocida comida chatarra. Una internauta lo define de manera ejemplar apelando solo a su experiencia de vida: «Los

estadounidenses y europeos no estamos gordos por comer mejor, estamos enfermizamente gordos por comer siempre comidas envasadas llenas de grasas saturadas y otros añadidos poco saludables que supuestamente hacen la comida más sabrosa. Hasta que se coge sobrepeso (40% de la población), hipertensión (50%), diabetes (20%)…»

La obesidad, entendida como el incremento excesivo de la grasa corporal, constituye al decir de los entendidos, el problema nutricional de mayor prevalencia en el mundo desarrollado, y afecta en algunos países entre el 25 y 45 por ciento de la población adulta. Se asocia a enfermedades del corazón, la diabetes mellitus, padecimientos  cerebro vasculares y trastornos lipídicos, que se encuentran con frecuencia asociados con la obesidad. Su origen es multifactorial, desde condicionantes genéticas hasta hábitos y factores socioculturales, entre los que se inscriben la calidad de la nutrición, el sedentarismo y las alteraciones psicológicas.
 
La otra cara de esa moneda es la anorexia, y, felizmente, en Cuba no se han dado casos como el del adolescente colombiano Daniel Monsalve Marín, de 14 años, cuyo caso conmocionó a muchos este septiembre. Luego de que el médico le diera solo 20 días de vida al muchacho, quien se negara a comer por ser objeto de burlas de sus compañeros de clase, su madre acusó a la máxima autoridad del centro: «Señora rectora, me mataron a Daniel en el colegio».

Felizmente, Daniel pudo ser rescatado de su crisis que le llevó en los peores momentos a declarar: «Yo no quiero vivir, yo me quiero matar, todo el mundo me odia, yo soy muy gordo». Sin embargo, el obituario de personas jóvenes que han perdido la vida atrapadas en crisis de anorexia-bulimia es escandaloso y crece por día en el orbe.

Estudios internacionales realizados entre 2006 y 2010 revelan que en ese lapso, de entre 17 mil 272 pacientes valorados, sumaron cerca de 755 los fallecidos a causa de trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia.

En esta mayor de las Antillas, no obstante las carencias objetivas, cada vez se va abriendo paso una mayor cultura a propósito del binomio alimentación-calidad de vida, y desde hace años, es usual tropezarse con ciudadanos de muy distintas edades, practicando ejercicios al aire libre o corriendo en espacios abiertos, incluido el conocido Malecón habanero.

 

También los de la tercera edad se preocupan por su calidad de vida

 

Aunque cubanas y cubanos no «cogen demasiada lucha» con sus libras de más, sin alcanzar conductas lamentables como la arriba descrita, la obesidad y la necesidad de una nutrición sana es también una preocupación que se traduce en acciones a nivel de gobierno, como ha subrayado el doctor Orlando Landrove, jefe del programa nacional de las enfermedades no transmisibles, quien insiste en el fortalecimiento de acciones de promoción y prevención,

encaminadas a evitar la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles y sus secuelas, estimulando hábitos saludables de vida.

Comentarios

El problema de la obesidad viene relacionado con el desarrollo y el consumo excesivo de comida chatarra, luego también tenemos que en Cuba no siempre están disponibles las frutas y vegetales para variar y es por eso que mantenemos una dieta basada en exceso de carbohidratos y grasa animal.
Mi madre era de rancho y decía (dice) que los gordos lo eran porque no trabajaban (refiriéndose a trabajo con movimiento). Ese prejuicio se vino conmigo, así antes pensaba gordo = flojo, bueno, después contemplé que los mexicanos que trabajaban en Estados Unidos se ponían gordos, aunque allá se trabaja como esclavo, así que cambié el concepto gordo = flojo, por gordo = comensales ignorantes, por no saber comer, después supe que el estrés era una causa de que algunos comieran mucho y se ponían gordos, nuevamente cambié la definición de gordo, así pensaba que un gordo era una persona afligida permanentemente por algo, aunque sonrieran mucho. Después supe de la persona más gorda del mundo (de Monterrey), casi no comía y además, se ve feliz, y ahora ya no sé por qué la gente es gorda. Saludos. Marco Saenz, un mexicano flaco.
Creo que en este tema intervienen varios factores, uno es la cultura alimentaria del cubano, que desde siempre consideró que comer bien era comer mucho y sobre todo, cosas que engordan y que se ha demostrado que son dañinas, los vegetales se consideran como un plato más para acompañar las comidas, pero no como plato principal, por otra parte, influye el que no siempre existen ofertas de vegetales con la calidad y los precios al alcance de todos, como para facilitar la compra para varios días, donde estos constituyan un plato fundamental en la mesa, es importante que se divulgue más la importancia de consumir más vegetales y frutas porque la costumbre no se cambia de un día para otro, pero debe ir acompañada de la oferta de los mismos, para aquellos que van cambiando sus hábitos puedan encontrar los productos frescos, surtidos y a precios razonables.

Páginas

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.