Nuevos mánagers: ¿nueva mentalidad?
La próxima serie nacional de béisbol estrenará, de golpe y porrazo, ocho nuevos directores de equipos, algunos con notable trascendencia como jugador, otros con más experiencia en el trabajo de la base, lo cual abre muchas interrogantes sobre cuánto podrán cambiar ellos en las formaciones que dirigirán durante 90 juegos.
A eso tendríamos que sumar el retorno de tres consagrados directores: Juan Castro con Pinar del Río, Felipe Sarduy con Camagüey y Víctor Mesa, este último por vez primera fuera de su provincia natural, pues llevará las riendas del sotanero Matanzas. En resumen, el 65 por ciento de los directores de conjuntos no estuvo en la campaña anterior, la llamada Serie de Oro.
Pero centrémonos en los debutantes. El otrora jugador Rigoberto Madera tendrá la difícil misión de comandar a Mayabeque, recién incorporada también a este campeonato. No será posible pedirle “peras al olmo”, pues su pitcheo es bien flojo y la ofensiva tampoco mete miedo. Habrá que explotar más la juventud de sus filas y sobre todo conformar un team work que no existía.
Sin dudas, la designación de Lázaro Vargas para la responsabilidad mayor en Industriales constituye uno de los retos más grandes para quien fuera un versátil y gran pelotero, tanto en la propia formación azul como en eventos internacionales. El otrora antesalista tiene equipo para regresar a los play off, solo resta por ver cómo le responden los muchachos, en especial sus bujías inspiradoras: Carlos Tabares, Yoandri Urguellés y Alexander Malleta.
El otro director de estreno, pero que las tiene todas consigo para volver a incluir a Sancti Spíritus entre los ocho grandes es Ruperto Zamora. ¿Será este el año los Gallos? ¿Podrá imprimirle esa extra que necesita la generación de Cepeda, Yulieski, Eriel, Monteagudo, etc para ganar el ansiado cetro que temporada tras temporada se les va como agua entre las manos?
En el caso de Ramón Moré, la historia parece ser muy similar a la de Vargas en cuanto a que le entregan una escuadra madura. Villa Clara tiene uno de los mejores cuerpos de pitcheo de la serie, una ofensiva balanceada y buena defensa. Su prueba de fuego al frente de la nave parece reservada para los emotivos play off.
El otrora tercera base Juan Miguel Gordo recibe la dirección de Las Tunas con el compromiso de revertir la mala imagen dejada por ese elenco después de haber llegado unos años atrás a su primera postemporada. Cosa positiva desde el principio ha sido el llamado al cuerpo de dirección de Osmani Urrutia, quien debe compartir su sabiduría y sobre todo, encargarse del bateo.
Sobre Felicio García hay que ser honesto. Luego de ocho largos años como preparador de jardineros, técnico de bateo y coach en primera base, se ha cumplido la lógica promoción a mánager de Holguín. Sin embargo, no se puede tapar el solo con un dedo, el territorio transita por uno de sus peores momentos en el béisbol de la Isla.
Los dos últimos directores de estreno son Alcides Sánchez con el siempre respetado Santiago de Cuba e Indalecio Alejándrez con un Granma que sorprendió a muchos con el cuarto puesto de la serie pasada. En el caso del primero, todas las vivencias y triunfos en la categoría juvenil intentará extenderlos a este béisbol elite, en pos de devolver al equipo indómito a la postemporada.
Finalmente, Indalecio – por más de una década al frente del sóftbol femenino en la provincia y en selecciones nacionales- recibe una tropa que se ha diezmado con la no presencia de dos de sus mejores cartas en el box: Manuel Vega y Ciro Silvino Licea. ¿Algún método demostrará que es posible triunfar en la llamada bola blanda y hacerlo también en la “bola dura”?
Como se aprecia, el panorama de estos ocho nuevos mentores no es color de rosa. Sobre ellos recaerán rechiflas, críticas y además, como indica la lógica, aplausos y agradecimientos de la afición, esa que no perdona una actuación por debajo de las posibilidades de cada uno de sus representantes. Ahí estará el reto.
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Reiby
Yanisber
Armando Reyes
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