Originalidad: el legado de los Juegos

Cuando se habla de legado de los Juegos Olímpicos se piensa siempre en las instalaciones, y en el impulso a determinadas zonas de las ciudades normalmente preteridas, que gracias a la construcción de infraestructuras permanentes gana vida social y prosperidad económica.

Sin embargo, aparte de eso, los de París 2024 dejaron uno mucho más importante: la originalidad para darle vida a las competencias de otra manera, algo que debe ser imitado en el futuro porque ni depende de recursos ni es privatido de la cultura francesa. Aquí comentaremos algunos de ellos.

Ceremonia inaugural en el Sena: Fue concebida como show para la televisión, y por ende los que estaban en las orillas del río tenían acceso a solamente una parte de lo que se vivió, pero fueron muchos más de los que caben en un estadio. La lluvia intermitente y esa escena polémica por la presencia de Drags Queens y protagonizada por miembros de la comunidad LGTBI no empañan para nada lo que fue un espectáculo de gran altura, culminado con esa voz inigualable de Céline Dion.

Desfile de los atletas en barco: Esto no lo pueden celebrar todas las ciudades y repetirlo sonaría a copia, pero fue sin dudas espectacular, y una experiencia única para aquellos que la vivieron. 

Encendido del pebetero: Bien difícil es superar el de Barcelona 1992, pero este estuvo bien cerca. No hubo grandes sorpresas con respecto a los portadores de las antorchas en los relevos finales, pero la idea del globo aerostático fue genial, en la cuna de aquellos aventureros del aire que se arriesgaban a volar en cualquier cosa.

Bastón para iniciar cada competencia: El también llamado "brigadier" era utilizado en el teatro para marcar el comienzo de una actuación. La tradición de golpear el 'brigadier' en el suelo tres veces es un gesto simbólico para llamar la atención del público, y así se iniciaba cada jornada en cada recinto deportivo.

La Marsellesa: Entonadas sus primeras notas cada vez que un francés salía a competir, era un plus para los locales. Perfecto para dar ánimo a los deportistas de cualquier país anfitrión.

Campana en el estadio olímpico:  Cada vez que alguien ganaba una presea dorada, se iba corriendo a sonar la gran campana acomodada en uno de los costados del imponente Saint Denis, que también tuvo como novedad la pista de tartán modernizada y de color morado, a diferencia de las tradicionales naranjas o azules del resto de las competiciones.

Medallas: Cada medalla de los Juegos está adornada con una pieza original de la Torre Eiffel, para ligar el evento al monumento icónico de Francia en general y París en particular. Construida entre 1887 y 1889, la “Dame de fer” ha sido sometida desde entonces a numerosas renovaciones, y en esos procesos se fueron retirando algunos elementos metálicos, que la Sociedad de Explotación de la Torre donó para que todos los medallistas se llevaran un recuerdo auténtico.

Mascotas: A diferencia de ediciones anteriores, en París 2024 en la entrega de las preseas no las acompañaba la mascota de los Juegos, sino un poster con los principales iconos arquitectónicos y culturales de París. Personalmente me gustan más las mascotas, pero es algo diferente.

Todos estos son apenas detalles de lo que se puede hacer con un poco de imaginación, no de recursos, para darle más colorido a los Juegos. Esperemos que la creatividad siga dando frutos en ediciones venideras.