Perugorría: "Fresa y Chocolate" me cambió la vida

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Perugorría: "Fresa y Chocolate" me cambió la vida
Fecha de publicación: 
23 Agosto 2011
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El actor cubano Jorge Perugorría ha explicado hoy que interpretar a Diego en "Fresa y Chocolate", de su compatriota Tomás Gutiérrez Alea, cambió su vida y supuso un importante giro en su carrera al abrirle las puertas del cine internacional, algo a lo que "no aspiraba".

"Mi única aspiración era trabajar en Cuba", ha recordado el actor más conocido de la isla caribeña, que mantiene su residencia en Santa Fe, a las afueras de La Habana.

Desde allí ha llegado a Santander para hablar durante esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) sobre "El cine cubano a través de la multifacética obra de Jorge Perugorría".

El actor ha relatado cómo dio sus primeros pasos en el mundo de la interpretación, hasta que se vio sobrepasado por el fulgurante éxito que cosechó "Fresa y Chocolate", una película que, según recuerda, sobrecogió a los espectadores cubanos el día de su estreno.

Perugorría reconoce que esta película cambio su vida, pero ésta ya había dado un giro de 180 grados cuando, en el preuniversitario, preparándose para estudiar Medicina, asistió a una obra de teatro y se le metió en el cuerpo el "bichito de la actuación".

"Ya no pude pensar en otra cosa que en hacer teatro", recuerda Perugorría, que evoca con nostalgia su época como actor aficionado en la Cuba de los años 80, hasta que, ya habiendo sido "evaluado" como profesional, fundó el Grupo de Teatro "El Público", dirigido por Carlos Díaz.

Tras diez años sobre los escenarios que compartía con los platós de televisión, donde trabajaba en una serie de ciencia ficción "con mucha ilusión y muy pocos recursos", fue animado a presentarse al casting de "Fresa y Chocolate", cinta basada en un cuento de Senén Paz.

Y, aunque se presentó aspirando al papel de David, finalmente fue seleccionado por Tomás Gutiérrez Alena, "Titón", para interpretar a Diego, personaje que el actor veía "imposible por su complejidad".

Perugorría recuerda el rodaje como una "experiencia enriquecedora", que además de verse marcada por el cáncer que padecía Gutiérrez Alea, le exigió una exhaustiva preparación para conocer el "quinquenio gris" en el que, durante los años 70, en Cuba había una fuerte represión hacia los homosexuales.

"Pichi", apodo por el que se conoce al actor, recuerda la "catarsis colectiva" que se produjo entre el público que asistió al estreno en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (1993).

A partir de entonces, Perugorría, quien hasta entonces "no había salido de Cuba", empezó junto con Vladimir Cruz (David en "Fresa y Chocolate") un periplo exitoso por los festivales de cine  internacionales.

Pese a que fue seducido para trabajar en Hollywood, declinó las ofertas porque estaba "totalmente apasionado con el cine cubano y había pensado nunca abandonar Cuba".

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