CRÓNICAS DEL FESTIVAL: Ana Karenina, la poesía del gesto
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La sala Avellaneda estaba bastante llena este jueves por la noche, y todo el mundo sabe que es difícil llenar la Avellaneda. Pero la convocatoria era singular: el Teatro Estatal Académico Evguéni Vajtángov, de Rusia, inauguraría el Festival de Teatro de La Habana con un espectáculo coreográfico inspirado en una de las más célebres novelas del XIX ruso: Ana Karenina.
La novela de Tolstói es bastante conocida en Cuba, por lo menos muchos conocen la historia a grandes rasgos (no hay que pretender que millones lean un libro de más de 500 páginas), y conocer la historia y sus personajes era importante para entender cabalmente lo que sucedió en la escena. Algunos esperaban una historia contada con pelos y señales, y se encontraron con una propuesta esencialmente coreográfica.
Los que no tuvieran idea de las grandes tramas de la novela, es probable que hayan salido del teatro con una vaga idea de las peripecias. Quizás debieron ignorarse algunos núcleos del texto de Tolstói, como el de Levin y Kitti, de manera que la acción se centrara en los avatares de Ana Karenina, su amante y su marido.
De cualquier forma, la puesta es contundente. El gesto se poetiza hasta la metáfora más o menos diáfana, pero siempre pletórica de plásticas significaciones. Los actores —que no llegan a tener una formación académica de danza (al menos buena parte de ellos no parece tenerla)— lucen cómodos y resultan particularmente expresivos, sobre todo en los unísonos clamorosos. Aplausos para los protagonistas, que conmueven por la fuerza de su interpretación. Particularmente notable el trabajo de Olga Lerman, en el rol de Ana.
Ana Karenina se presentará el viernes 25 (8:00 p.m.) y el domingo 27 (5:00 p.m.), en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.
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