Los Muñequitos de Matanzas: 60 +1 y siguen en la calle

Los Muñequitos de Matanzas: 60 +1 y siguen en la calle
Fecha de publicación: 
9 Octubre 2013
0
Imagen principal: 

Este nueve de octubre los Muñequitos de Matanzas cumplieron  61 años y hubo fiesta, por supuesto, sonaron los tambores con la misma cadencia que colmó las vitrolas y las transmisiones radiales de la década del 50 del siglo pasado, ahora, dirigidos por quien fuera su primer bailarín, Diosdado Ramos, levantaron de su asiento una vez más hasta al más pinto de la paloma con la contagiosa sonoridad del guaguancó matancero, pero, una vez más, el gran cumpleaños no fue en casa.

Matanzas lenta…  cómo es posible que la ciudad donde nacieron no haya sido la primera en cantarle felicidades a ritmo de rumba a estos músicos que no se han dejado deslumbrar por más luces que la sabrosura y el folclor de La Marina y allí viven y crean, a orillas del mismo río Yumurí donde Saldigueras, Virulilla, Catalino, Gallito, Pellado, Cacha o Chachá, cada uno a su hora, le pusieron acento y sandunga a la vida de los matanceros.

¿Nadie es profeta en su tierra? Pues mire, que Los Muñequitos sí lo son, porque han hecho escuela y tienen un público en su ciudad natal, pero no porque se les haya facilitado a los acreedores de un Grammy el espacio adecuado para una peña habitual, o porque los medios locales hablen de ellos, sino porque los muñequitos andan ahí, entre la gente de su barrio, comparten con ellos café, rones y creencias.

Son como es “la gente de la Marina”, apegada a su pedacito de ciudad, a la religión de sus ancestros, a la búsqueda constante de una vida mejor, de un futuro más próspero para sus hijos. Viajan y regresan, eso es seguro, pues no tienen más casa que su barrio, el cual se llevan  en el corazón a todas partes. Los Muñequitos se han presentado en Estados Unidos, en Brasil, en España,  la lista de países es larga e incluye hasta la flemática Inglaterra, pero siempre, en todas partes, se ven y suenan como lo que son: cubanos, matanceros, de La Marina.

Y creo que por ahí va en gran parte su éxito, está el talento, el virtuosismo, claro, pero es muy importante que saben de dónde vienen y se ocupan de hacia dónde van, Diosdado Ramos, su actual director me comentó hace un par de años en una entrevista:

“Mantener el sello es lo más importante, porque fue lo que le dio nombre a Los Muñequitos. ¿Qué tenemos que ir con la evolución? Se va con la evolución sin perder la esencia. Un día podríamos hacer, por ejemplo, un número de rap,  aunque no se nos ha ocurrido hasta ahora. En ese caso, sería un tema, pero hay que mantener Los Muñequitos, Cantar Maravilloso… la historia tiene que estar ahí permanentemente. Desde que suena la clave todo el mundo dice: esos son los muñequitos; la forma de tararear, de hacer una inspiración, la forma de tocar…”

Únicos e irrepetibles, han convertido sus familias en una cátedra, hoy están los hijos de los que estuvieron antes y esos sueñan con enseñar a sus hijos para que sean los Muñequitos de mañana, pero además, trabajan con grupos de jóvenes tamboleros, bailarines, cantantes natos, casi todos graduados de “la calle”, que habrá quien no lo entienda, pero en materia de rumba no hay mejor método que un biberón de folclor. Así crecen y se superan bajo la motivación y la guía de una leyenda viviente: los Muñequitos de Matanzas.

Por ese camino faltan muchos cumpleaños y más premios, reconocimientos, sobre todo queda mucho trabajo y tanta alegría, tanta fiesta, tanta rumba para gozar el acento interminable de Los Muñequitos que, lo decidieron ellos y su gente, “están en la calle” como rima uno de sus primeros temas y estarán en las calles de Matanzas y del mundo, porque encontraron el secreto de la inmortalidad para el Guaguancó matancero ¿quién lo duda?

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.