«Después de 17 largometrajes, mi vida había llegado a un momento en el que, inspirado por George Bush, quise hacer un intento por entender el país donde nací», dijo el martes en una rueda de prensa más política que cinematográfica en el palacio del Kursaal de San Sebastián.

Stone, que en 2012 recibió el premio Donostia por su carrera, explicó que su último trabajo, que se podrá ver también en las televisiones de España, busca entender las razones por las que Estados Unidos se ha convertido en un imperio.

«No creo que un largometraje fuera suficiente para poder responder a esta pregunta», añadió.

La cinta, «un documental puro» desde la Segunda Guerra Mundial a la era Obama elaborado solo con material de archivo y sin entrevistas, no entra en teorías conspirativas para narrar el 11-S o el asesinato de Kennedy porque las conspiraciones, según el realizador, «son interesantes, tienen suficiente dramatismo para un largometraje, pero este documental es otra cosa».

«Queremos ver los patrones importantes del poder, conocer el por qué y el cómo Estados Unidos se convirtió en un Imperio», añadió.

Stone hizo varias alusiones a las «ironías de la Historia», poniendo como ejemplo la huida del extécnico de la CIA, Edward Snowden, a Rusia porque «en 1945 seguro que se escaparía de Rusia y buscaría refugio en EE.UU.», o como la Alemania actual «controla Europa y se ha resarcido de la Segunda Guerra Mundial».

«Todo es una ironía, todo va y vuelve», insistió.

El cineasta definió al presidente estadounidense Barack Obama como un «integrante de un sistema de Gobierno que ha perdido el control», se mostró convencido de que acabará por decidir un ataque contra Siria y aseguró que su país es «como el Imperio romano. Podemos hacer lo que queramos, porque controlamos el espacio, la tierra, el mar, el aire, el ciberespacio. No es una tiranía, pero lo parece».

Educación, concienciación y pacificación son, a su juicio, las claves para la aparición de una nueva conciencia. «Aunque a veces los pacificadores deban sacrificarse como lo hicieron Martin Luther King o Kennedy», dijo.

Además del documental La Historia no contada de Estados Unidos, Oliver Stone presenta en San Sebastián un nuevo montaje de su película Alejandro Magno diez años después de su estreno. Entonces, dijo el cineasta, debió editarla con demasiada rapidez y reducir en exceso el metraje.

«Una película como Alejandro no se puede hacer por debajo de 3 horas. Dura 3 horas y media y ha quedado increíble. El año que viene se estrena en Estados Unidos», dijo un entusiasmado Stone.

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