Larga vida a los robots

La noticia explotó en el mundo de la música electrónica. La legendaria banda alemana Kraftwerk, pionera de la unión entre el pop y el “sonido de las máquinas”, reveló que se encuentra  trabajando en un nuevo disco, después de 10 años de la publicación de esa pieza de culto del l Tour de France Soundtracks. Lo confirmó el propio Ralf Hütter, uno de los históricos del grupo alemán, en una entrevista con el periódico británico The Guardian: “Ahora nos estamos concentrando en nuestro disco número 9. Es tiempo para hacerlo. Nuestra música no para”.

Todo hace indicar que la banda alemana tiene una relación muy singular con el calendario. Cocinan cada nuevo disco a fuego lento, muy lento, y se toman todo el tiempo del mundo para ponerlo en órbita. Por ejemplo, pasaron 17 años antes de que sacarán del horno  el Tour de France…, concebido en 2003 como la banda sonora de la vuelta ciclística que cada año paraliza a Europa. Pero, para ser justos, hay que agregar que cada material de la factoría germana aterriza con la categoría de obra de arte. Ahí están, para probarlo, fonogramas de la envergadura de Kraftwerk (1970) Autobahn (1974) Radioaktivität (1975) Trans-Europa Express (1977) Die Mensch-Maschine (1978) Computerwelt
(1981) y Electric Café (1986).

Este laboratorio espacial, como una vez definió Hütter a la banda, lleva más de  40 años moviéndose por los escenarios En este tiempo, ha alternado el silencio discográfico con conciertos en medio mundo, en los que ha dejado como locos a los espectadores con sus alucinantes y enérgicos espectáculos en tercera dimensión, donde Ralf Hütter, el único superviviente de la formación original, junto a los integrantes actuales del ensemble, irrumpen en escena con la enigmática imagen de cuatro robot a las espaldas.

Dicho esto, habrá que ver si los “Kraftwerk” de hoy, con la publicación de su nuevo material discográfico,  son capaces de estar a la altura de su leyenda como  una alineación decisiva en la cultura electrónica y el pop  desde hace más de tres décadas. Pero, como siempre, el tiempo dirá la última palabra.