Dos hermanos pierden una pierna cada uno en atentado del maratón de Boston
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Entre los más de 100 heridos que ha provocado el atentado del Maratón de Boston, hay trágicas historias que va a ser complicado que algún día cicatricen. Varios están en estado crítico, y muchos han acabado con alguna parte de su cuerpo mutilada por culpa de las explosiones.
Desesperanzadora es, como pocas, la historia de Liz Norden. Madre de cinco hijos, ha visto cómo, de repente, dos de ellos han perdido una pierna mientras contemplaban el maratón. Una bomba les alcanzó de lleno.
“Mamá, estoy gravemente herido”, le dijo por teléfono el más pequeño, de 31 años, según relata el Boston Globe. Estaba en una ambulancia, camino del hospital. No sabía nada de su hermano mayor, a pesar de que en el momento de la masacre estaban juntos. Poco después, se enteró también a través del móvil que se encontraba en otro hospital, y que su destino había corrido la misma mala suerte.
“Nunca podría imaginar ni en mis sueños más terroríficos algo así”, relataba Liz Norden al reportero del medio desde el hospital, mientras era consolada por Jim Casey, su cuñado y tío de las víctimas, así como por su hermana y un amigo de ambos, de las que por respeto no han querido dar su nombre. El suelo se cubrió de lágrimas cuando Liz miró sus pies, con los calcetines mal puestos a raíz de la prisas con las que se tuvo que vestir para salir de casa cuando se enteró de la noticia. “Me siento fatal, creo que podría morirme ahora mismo”, sollozaba. Sus hijos habían perdido su trabajo recientemente. Se dedican a la construcción y acondicionamiento de tejados y techos.
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