Las fobias de los famosos
especiales
Desde el miedo a los espacios abiertos hasta el terror por los truenos, los gatos, las multitudes y el desorden, han paralizado a varios personajes célebres.
Tal vez ninguna celebridad se le haya animado tanto a sus miedos, a sus fobias, a sus limitaciones sociales, como el cineasta y actor Woody Allen, que en los personajes que ha interpretado en clásicos como “Annie Hall” o “Manhattan”, entre tantos otros, siempre apela a personalidades más bien neuróticas que se condicen con algunas de las fobias que él mismo padece: es que Allen, entre otras cosas, le teme ferozmente a los insectos, a las alturas, a contraer todo tipo de enfermedad y a las multitudes.
Sin embargo, Allen no es el único que padece fobias que lo paralizan en el mundo del espectáculo. Otro célebre cineasta neoyorquino, Stanley Kubrick, director de “La Naranja Mecánica”, padecía de un terrible miedo a volar: “A lo largo del tiempo, he descubierto que no me gustaba volar, y he reparado en comprometedores márgenes de seguridad de la aviación comercial de los que nunca se habla en la publicidad de las aerolíneas. Así que he decidido viajar por mar, y jugármela con los iceberg”, dijo alguna vez. Aunque sin limitarla tanto, la actriz argentina Mercedes Morán tampoco disfruta de moverse en aviones, y lo mismo le ocurre a Aretha Franklin, la influyente cantante soul que inmortalizó algunas canciones como “Respect”.
Los actores Johnny Depp y Daniel Radcliffe –el intérprete de Harry Potter- le tienen fobia a los payasos, mientras que Brad Pitt, protagonista de “Pecados capitales” y “El club de la pelea”, padece selacofobia, que es el miedo irracional a los tiburones. La actriz australiana Nicole Kidman se suma a las filas de quienes padecen algún miedo feroz: las mariposas, cuando era chica, la paralizaban, y al día de hoy le provocan mucho miedo. Christina Ricci, que interpretó a una inolvidable Merlina Adams, tiene botanofobia, que es el miedo a las flores, plantas y árboles.
El futbolista inglés David Beckham, capitán del seleccionado de su país durante años y uno de los más célebres de los últimos tiempos, sufre ataxofobia: se trata del miedo al desorden en un nivel muy elevado. Su esposa, Victoria, que integró el grupo pop Spice Girls, declaró en una entrevista con la televisión británica en 2006: “Todo en la casa tiene que estar emparejado; si hay tres latas de Coca Cola, David tira una porque es desigual”.
La cantante canadiense Shania Twain padece distiquifobia, también conocida como traumafobia, que es el miedo irracional a los accidentes: es por eso que la artista toma medidas de seguridad muy extremas a la hora de brindar shows o hacer presentaciones públicas. Michael Jackson, también temiendo por su salud de manera extrema, se cubría siempre con un barbijo para protegerse de los gérmenes circundantes en la contaminación y la suciedad del ambiente: padecía misofobia.
Otro padecimiento que puede encontrarse en el mundo del espectáculo es la agorafobia: la actriz Kim Bassinger, protagonista de “9 semanas y media” sufre ese miedo a los espacios abiertos y pasa, en algunas ocasiones, mucho tiempo sin salir de su casa, incluso recibiendo atención médica allí mismo. El poeta español Juan Ramón Jiménez, autor del inolvidable “Platero y yo” y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956, también padecía este mal: en reuniones solía permanecer cerca de la puerta para poder salir rápidamente en caso de sufrir un ataque de pánico.
Madonna, la Reina del Pop, tiene brontofobia, conocida también como astrafobia: es el miedo irracional a los relámpagos, truenos y tormentas, que suele darse durante la niñez pero que puede extenderse más allá. Napoleón mostraba hábitos muy obsesivos, pero además padecía un miedo especial: temía a los gatos. Su miedo era tal que aunque vivía muy preocupado por la presencia de ratas entre sus ejércitos, se negaba rotundamente a combatirlas con gatos que las eliminaran, algo que sus consejeros le sugerían.
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