La Guerra en Irak: ni Paz ni Democracia
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Las décadas de los 60 y los 70 del siglo XX significaron la cuna de la revolución ideológica ultraliberal, cuya idea era consolidar el mundo en los años 80 con Reagan y Thatcher. Dicha revolución ultraliberal (una de las más prósperas en la historia) se esparció por el mundo, principalmente en tres direcciones: (a) un neoliberalismo global económico (dogma del libre mercado, salario mínimo etc.…), (b) un plan intervencionista neo internacional y (c) los neoconservadores (en la política y en especial, el área jurídica-criminal).
En lo internacional, desde la segunda mitad del siglo XX los Estados Unidos han estado involucrados en incontables guerras en todo el mundo: guerras ideológicas en defensa del mercado capitalista (años 60 y 70), la Guerra Fría (hasta la caída del Muro de Berlín en 1989), la guerra contra el narcotráfico, el crimen, y las “guerras humanitarias” (contra Irak, Afganistán, Libia, etc.…), así como la guerra contra el terrorismo (Guantánamo).
El éxito estadounidense en guerras recientes ha sido insignificante. Ese es el caso de la guerra en Irak (nunca encontraron las supuestas armas químicas para legitimar la intervención). Miles de personas fueron masacradas en la década pasada. Con el pretexto de buscar la “paz mundial”, los Estados Unidos invadieron Irak hace diez años, arrestaron y sentenciaron a muerte a Saddam Hussein. Sin embargo, en ese país no hay nada parecido a la paz ni a la democracia. Otro crudo mesianismo (invadir y exterminar vidas humanas en nombre de hacer el bien). No hubo armas nucleares o biológicas en Irak. La situación de anarquía es generalizada. Se eliminó un régimen dictatorial, pero en su lugar no se creó nada sólido, sino una guerra civil. Puro mesianismo (y absolutamente impune).
Después de una década, y con más de mil millones de dólares gastados, un nuevo Irak está lejos de lograrse, principalmente por la tendencia dictatorial de su Primer Ministro.
Bush y Blair no tenían la menor idea sobre Irak, sus fuerzas, estructuras, tradiciones. Supuestamente destronaron a un tirano, pero crearon otros. Además, lo “humanitario” del acto fue más bien tiránico, porque se basó en la mentira y la mala fe.
No se eliminó el terrorismo mundial. Está muy lejos de alcanzarse la democracia y la paz en Irak. Bagdad no es un aliado estadounidense ni tampoco le brinda con seguridad un suministro preferencial de petróleo. Otro abuso del mesianismo, la dominación por voluntad, que casi siempre conduce a horrendas violaciones de derechos humanos en innumerables víctimas inocentes.
Traducido por Sergio Alejandro Paneque Díaz
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