El ladrón de las manos de seda (+ FOTOS)
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Puede que estas piezas le parezcan demasiado elementales. ¿Esto es arte? —preguntará alguien. Para no pocos el "mensaje" resultará muy evidente. Otros ni siquiera "comprenderán" el mensaje... Pero lo cierto es que las obras que Eduardo Ponjuán González exhibe en Galería Habana forman un cuerpo armónico, de profundas implicaciones más allá de la sencillez (para no pocos simplicidad) de las concreciones.
El artista de la plástica lleva hasta el extremo la capacidad simbólica de las representaciones. El "minimalismo" es rabioso, y al mismo tiempo, diáfano. La muestra tiene un alto componente lúdico, que en ocasiones deviene provocación y a veces sugerencia. La limpieza de la ejecución, la rotundez de los títulos, la desnudez esencial de los presupuestos... hablan de un ejercicio bien pensado.
De cualquier forma, no nos interesa zambullirnos en la intimidad del creador, ni en el "esfuerzo" neto de alumbrar estas obras. Estas piezas dicen o no dicen. ¿A usted le dicen?
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