La belleza femenina: ¿Barbies o Criollitas?

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La belleza femenina: ¿Barbies o Criollitas?
Fecha de publicación: 
11 Abril 2013
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A principios de los sesenta, un cubano, guantanamero, Luis Felipe Wilson Falera, comenzó a dibujar aquellas mujeres despampanantes, provocadoras, atractivas, llenas de carácter, vaporosas en el vestir, sin excesos de recato, que quedaron en el acervo cultural y popular cubano como Criollitas de Wilson. Según un texto de Jorge Sariol, publicado en la revista Alma Mater, su propio creador aseguró:

«Mi objetivo principal no era hacer una mujer hermosa, sino expresando ideas, y fue a partir de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), cuando comenzaba la lucha contra el machismo, contra la visión del objeto sexual y doméstico, y por la reivindicación del papel de la mujer ante las nuevas tareas”.

No faltaron las críticas a la creación de un estereotipo de la mujer difícil de alcanzar, definido a partir de un modelo de la mulata cubana que, ni siquiera entre ese grupo étnico es fácil estandarizar y que ante la imposibilidad de alcanzarlo podía generar complejos, en su defensa el caricaturista argumentó:

“La mujer criolla cubana es la mulata muy completa; hay rubias, pero excepcionalmente, y muchas son pintadas. La realidad es que por norma la mulata tiene los senos puntiagudos y llenos, las caderas anchas y proyección pronunciada en «otras partes». Hay mujeres de otras latitudes que, si tienen los senos grandes, son de canillas; si son de caderas anchas, están «planchás» en la popa.”

“Eso no lo inventé yo.”

 

Criollita

Con más y menos, las Criollitas que Wilson popularizó en las páginas de la publicación humorística Palante, son cubanas, y se representaban generalmente en circunstancias propias de la cotidianidad de las mujeres de la isla, compartían sus luchas, sus conflictos, sus compromisos, el artista de la plástica Alexis Leyva Machado, Kcho, las recuerada así:

“Esa criollita de Wilson era una mujer a prueba de todo, tú la veías que lo mismo era miliciana, ama de casa, enfermera, estudiante, estaba en la playa con la súper trusa, con la criollita expresaban una cubana, era más que un código de belleza, era la mujer que estaba en todas partes, en todos los sectores de la vida en Cuba”.

Barbie ¿la nueva belleza?

De nueva nada. Según cuenta un artículo difundido por la publicación digital La Jornada, la de Barbie es una historia de vieja data que comenzó en 1952, cuando apareció en el diario alemán Bild Zeitung, Lilli, la protagonista de una exitosa tira cómica semipornográfica. La popularidad de la historieta llevó a la empresa Greiner & Hauser GMBH a presentar luego a Lilli como muñeca de plástico, en color piel, 11 y media pulgadas de altura, rubia platinada…

Ruth y Elliot Handler el matrimonio estadunidense fundador de Mattel en 1945 descubrieron a Lilli y vieron en ella la inspiración para el proyecto de crear una muñeca adulta, un juguete al que hace años deseaban llegar. El japonés Klokusai Boeki Kaisha aceptó el reto de transformar a Lilli, la muñeca prostituta, en un juguete suave y adorable.

La primera Barbie apareció el 13 de febrero de 1959 y se vendió en tres dólares. Desde entonces, el estilizado personaje ha transitado por diferentes versiones, etapas y procesos. Poco después de su surgimiento, llegó Ken, el atlético esposo ideal, del cual mucho después, en función de los vaivenes del mercado y como respuesta superficial a cambios en el imaginario de la mujer sobre sí misma, se separó.

Barbie tiene a Skipper, su hermanita, y a su mejor amiga, Midge, juntas llegaron a ladécada del 90, donde asumió nuevos roles como bailarina, doctora o ejecutiva. Se hacen versiones para todas las profesiones, incluso para presidenta, pero nunca renuncia al ideal de belleza anglosajón, ni cuando se versiona negra o hispana.

Para “ser una Barbie”, de rigor, una mujer de carne y hueso tendría que medir 1.70 metros de estatura, pesar 41 kilos, tener 99 centímetros de busto, 55 de cintura y 83 de cadera. De modo que este paradigma importado tampoco ha pasado exento de críticas, pues al mismo tiempo que le dice a nuestras niñas y adolescentes: puedes ser una profesional, una estadista, les insiste, pero si no cumples con estos estándares de belleza, no serás exitosa, y funciona, pues si una virtud no se les puede negar es su éxito en el mercado.

Barbie...

 

Ya es prácticamente imposible cerrarles las puertas de nuestra casa, pues llegan protagonizando desde cuentos clásicos hasta historias absolutamente actuales y siempre con una factura tremendamente atractiva. Confesemos, más de una vez nos dejan con el dedo en la boca, queriendo ser, algún día, como ellas. Las Barbies, en definitiva, también generan conflictos y complejos.

¿Qué prefieren los cubanos?

Dos paradigmas de belleza femenina, uno nacido en Cuba y otro importado. En la esquina roja las Criollitas de Wilson salen a desmentir que pasaron de moda. En la esquina azul la Barbie busca confirmar el terreno que ha conquistado. A la pregunta ¿qué prefieren, Barbie o Criollitas? algunos cubanos respondieron así:
“Criollitas, me parecen más sensuales, carismáticas, únicas”. (Félix, 48 años, obrero)

“Aunque no se puede ser absoluto, creo que las Criollitas van más con mi tipo de mujer estéticamente ideal” (Hectico, 39 años, cocinero)

 “Criollitas, por el calor, la belleza, el volumen, las carnes, las curvas de sus caderas…” (Lázaro, 45 años, cuentapropista)

“Me gustan más las Barbies, porque son más delgadas y la ropa que está de moda se les ve mejor” (Carlos, 16 años, estudiante de preuniversitario).

 “Las criollitas porque representan a la mujer cubana, tienen que ver más con mi idiosincrasia” (Leonardo, 29 años, estudiante de universitario)

“Prefiero las criollitas, porque es el ideal de mujer latina y sabrosa” (Maykel, 30 años, carpintero)

“Barbie, porque están en mejor forma física” (Tani, 14 años, estudiante de secundaria básica).

“Yo no soy arqueólogo, no me interesan los huesos, además, Barbie siempre será una párvula, prefiero la mujer completa, atrevida, que sabe lo que quiere y se lanza, eso es lo que me seduce, a eso se me parecen más las Criollitas” (Javier, 41 años, ingeniero).

“Yo diría que están tres a uno, a favor de Barbie, ambas son admirables, pero escojo las Barbies por su color de piel y pelo semejante a la luz” (Jose, 30 años, abogado).

“Qué va, al hombre cubano le gusta la masa. Sin dudas prefiero las Criollitas” (Humberto, 5¬¬7, ingeniero)

“A mí que me den una Criollita, por los rasgos de sus curvas y la delineación del cuerpo” (Jorge, 42 años, bodeguero)

Si hay que decir uno de los dos, las Criollitas, pero no es el ideal de belleza físico lo que más me interesa de una mujer, es tal vez, una mirada, un coqueteo…” (Manuel, 38 años, abogado)

Dice la ciencia…

Conversamos con la doctora Laura Quintana, quien hace su residencia en Psiquiatría infantil, pues este asunto de los paradigmas de belleza se instala en nuestro imaginario personal desde muy temprano. De hecho, la adolescencia es un momento definitorio por la importancia que cobra el hecho de ser aceptado por el grupo.

“Es este el que impone las normas y el mercado aprovecha esa necesidad y diseña sus características también para esta etapa. La moda se convierte en uno de esos mecanismos de selección, o sea, de aceptación o no y dentro de ella entran los modelos de belleza que crean en el adolescente conceptos erróneos de su figura y de su belleza, los cuales pueden llegar a extremos de ideas obsesivas que provocan padecimientos serios como la anorexia o la bulimia, se trata de trastornos psíquicos y físicos”.

Esta situación, lamentablemente, trasciende muchas veces la adolescencia y hasta la juventud, hombres y mujeres de todas las edades sufren atados a la búsqueda de un “físico ideal”, sin preguntarse quién lo determina, quién decide qué es lo ideal y desentendidos de sí mismo, en tanto olvidan una verdad de pero grullo:

“Cada persona viene con un don y ese es el que debe explotar. Cuánta gente no hay que, con menos recursos psíquicos, físicos y económicos que otros logran más, simplemente se conocen a sí mismos, se aceptan y explotan al máximo sus potencialidades”, explica la doctora Laura.

Por su parte, la doctora Lidia Ahymé Varela, especialista en Neurofisiología clínica opina que esta obsesión por seguir un paradigma de belleza de moda, cualquiera que sea, es extremadamente dañino. Quienes quieren copiar a Barbie “están intentando copiar una figura externa, que nada tiene que ver con su propia personalidad, porque son muñecas y los muñecos no tienen sentimientos, sin embargo, entre los seres humanos todo se mueve a partir de los sentimientos”

¿Barbies o criollitas? La pregunta encierra en definitiva otro cuestionamiento: ¿muñecas o caricaturas? Agregaríamos una tercera opción: mujeres de carne y hueso, bellas con su propia e irrepetible belleza, determinadas por la combinación única de 23 pares de cromosomas y una experiencia de vida imposible de producir en serie o fotocopiar, mujeres que se quieran a sí mismas y que sepan querer… ustedes dirán…

Comentarios

lo mas importante aki no es si eres criollita o barby, sino que tengas una belleza inigualable y te sientas bien , contigo misma, y el gin no le hace daño a nadie , eso es muy importante , tanto como para la belleza , como tambien para la salud... yo me kedo con las criollitas , esas flakitas ke no tienen nada las considero .. jjaja
yo naci fea,sin encantos femeninos,Me case a los 19 y ya tengo 50 y me mantengo con mi unico amor de toda la vida.
Yo voto por las dos... jejeje... A mi me gustan todas!!!

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