Turismo espacial, ¿una modalidad de futuro?
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Aunque para muchos el turismo espacial parece ser una realidad muy lejana, incluso impensable, lo cierto es que esta modalidad se vuelve un atractivo posible para los que quieran gastar sus millones en un viaje al espacio.
Lo anterior se confirmó en la reciente Feria Internacional de Turismo celebrada en Madrid, España, donde varias empresas privadas anunciaron que trabajan en las ofertas de vuelos espaciales con tres tipos de viaje para 2014.
Entre los stands de la feria estuvo la Axe Apolo Space Academy, una empresa privada norteamericana, que promociona el viaje de 22 personas a 103 kilómetros de la tierra. Los aspirantes tendrían que superar una serie de pruebas médicas y habilidades para ser los elegidos, quienes por último tendrían que enfrentarse a un simulador de entrenamiento, gravedad cero, y un vuelo de alto rendimiento.
El director de relaciones de la empresa anunció que para finales del 2013 se comenzaría a comercializar los viajes al espacio por el “módico” precio de 100 000 dólares.
Entre las iniciativas anunciadas en Madrid estuvieron además un vuelo en globo a 36 kilómetros de altitud diseñado por una compañía española. También se conoció que a finales del 2013 o inicios del 2014 comenzarían los vuelos suborbitales por el precio de 200 000 dólares.
Los expertos explicaron que los vuelos se llevarán a cabo en una cápsula, la cual dibujará un arco en el cielo y regresará al punto de partida. De esta forma los pasajeros podrán ver la curvatura de la Tierra y la línea delgada de la atmósfera. Al llegar a unos 110 kilómetros de altura, comenzará el descenso.
Como si esto fuera poco, los empresarios están hablando de la construcción del primer hotel orbital de la historia, el cual sería construido con el material de los chalecos antibala y de 40 cm de una tela llamada vectran. El costo podría ser de un millón de dólares la noche.
Se supo que para comprobar su resistencia a los micrometeoritos y la basura espacial, hace años se puso en órbita dos prototipos, los Génesis I y II, que llevan años en el espacio.
En ese sentido, la empresa Barcelona Galactic Suite explicó que trabaja en el diseño de un proyecto de hotel inflable para turistas o científicos; y la gigantesca constructora japonesa Shimzu aseguró que tiene la intención de abrir en 2020 un hotel a 450 kilómetros de la Tierra.
Eric Anderson, de la empresa Space Adventures, aseguró el año pasado a Russia Today (RT) que dentro de diez años ya existirá el primer hotel en órbita y que la minería espacial también entra en los planes de futuro.
En ese sentido, los ingenieros espaciales se muestran seguros de que el turismo espacial será dentro de unos 15 años algo muy común y natural. Se conoció que hasta el momento, existen alrededor de 560 personas que ya donaron la cifra para el vuelo suborbital.
Otras empresas del sector aseguran que podrían ofertar viajes a la Luna por un valor de 1500 millones de dólares. Representantes de la Golden Spike, creada por un grupo de trabajadores de la NASA, confían en que esta expedición podría producirse para finales de esta década.
Por su parte, el Centro Alemán Aeroespacial desarrolla un proyecto que estará implementado para 2050, consiste en la creación de una aeronave espacial hipersónica capaz de alcanzar 24 veces la velocidad del sonido y podría llevar 50 pasajeros desde Europa hasta Australia en 90 minutos.
Más allá del bebate sobre el tema, lo cierto es que los conocedores aseguran que esta actividad se iniciaría como máximo dentro de dos años y que moverá aproximadamente 1000 millones de dólares en un período de diez años.
Pero, ¿estaremos realmente preparados para este viaje?
A pesar de que esta modalidad se vislumbra como un negocio muy lucrativo y prometedor, los científicos llaman la atención sobre los posibles impactos negativos que pudieran traer para la salud humana, en especial para aquellos que no sean astronautas entrenados.
Un artículo publicado en RT enfatiza en el hecho de que no existe un sistema que permita establecer a los médicos cuándo una persona está apta para realizar un viaje de esta naturaleza.
A pesar de que los especialistas han trabajado con cosmonautas profesionales que deben cumplir estándares rigurosos como gozar de salud física y mental impecable, y soportar bien el estrés y la estancia en espacios pequeños cerrados, los doctores no saben qué podrían recomendar a los posibles turistas que tengan problemas de salud específicos como la osteoporosis.
Se conoce que las estancias duraderas en condiciones de microgravedad comprometen los huesos, los músculos y los ojos; además, los cosmonautas pueden padecer mareos, se someten a la acumulación prolongada de dosis de radiación potencialmente peligrosa, o pueden desarrollar cálculos en los riñones. De ahí que solo les sea permitido estar seis meses en la Estación Espacial Internacional, que se encuentra a 330 mil kilómetros de la Tierra.
La Revista Médica Británica reconoció que en la actualidad muy pocos médicos generales tienen conocimiento suficiente sobre la medicina espacial como para ofrecer asesoría; a la vez que instó a los especialistas a prepararse para responder las preguntas de sus pacientes sobre la idoneidad de viajar al cosmos.
El doctor David Green, profesor de Fisiología humana y aeroespacial de la universidad King’s College, de Londres, destacó que se ha demostrado que los problemas más comunes durante un vuelo espacial son la cinetosis (trastorno causado por el movimiento), fatiga, deshidratación, pérdida de apetito y dolor de espalda.
De igual forma, durante el proceso de aceleración y desaceleración al corazón se le hace difícil bombear sangre hacia el cerebro, por lo que si existiera un trastorno cardiovascular subyacente, este podría quedar expuesto.
Aparte de mareos, dolores de cabeza y congestión nasal desencadenadas posiblemente por vuelos cortos, los de larga duración podrían empeorar los dolores lumbares, reflujo ácido, y ciertos tipos de cáncer, aseguraron los especialistas.
Aun cuando el Grupo de Trabajo de Vuelos Espaciales Comerciales de la Asociación Médica Aeroespacial Estadounidense aseguró en un documento publicado en 2009, que los individuos con trastornos médicos bien controlados podrían soportar las fuerzas de aceleración involucradas en el despegue y aterrizaje de un vuelo espacial comercial, un equipo de investigadores está analizando la tolerancia de las fuerzas gravitacionales G en aquellas personas que podrían ser los turistas espaciales del futuro.
Al parecer, el gran desafío de los investigadores está en reunir información sobre la variedad de trastornos médicos que permitirá a las compañías de vuelos espaciales determinar quién puede y quién no puede volar en este singular viaje al espacio.
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sheyla
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