Los médicos cubanos: Misioneros en el mundo

Así llamó el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a los médicos cubanos, en una entrevista televisiva en La Habana, y me enorgulleció recordar que mi sobrina nieta y una hija forman parte respectivamente en Suramérica y Centroamérica de esa legión que lleva la salud a cualquier parte del planeta donde se le necesite.

Hace unos pocos años, al conversar por separado con mis amigos y diplomáticos que estaban al frente de las legaciones de Paquistán y la India en Cuba, Najim us Saqib y Mitra Vasisht, ambos embajadores coincidían en señalar la abnegación de los galenos en las más difíciles circunstancias y sus relaciones de hermandad con la humilde población local.

Entonces, el Embajador paquistaní habló encomiásticamente de la labor de los médicos en las zonas montañosas de su país castigadas por un potente terremoto, tras lo cual se sintió como un hermano de José Martí, cuando este expresó en marzo de 1895, en una carta dirigida al dominicano Federico Henríquez y Carvajal: “Quienquiera que ame a Cuba lo considero como mi hermano. Los únicos hermanos que tengo son aquellos que aman a  Cuba”.

A su vez, la embajadora Mitra Vasisht afirmó que “Cuba significa amor para mí y mucha gente en la India. Para quienes hemos estado aquí, para quienes hemos estado en Haití (donde era embajadora concurrente), comprendemos que es una esperanza para este hemisferio”.

También colegas guatemaltecos exaltaron la labor de los médicos cubanos desperdigados en las montañas y zonas ariscas de su país y la importancia que esa labor representa para el programa Hambre Cero, al que se comprometió el actual presidente, Otto Pérez Molina, y que ya tuvo sus avances limitados con el anterior, Álvaro Colom, con el fin de enfrentar a ese flagelo y la desnutrición crónica de los niños.

Ambos mandatarios elogiaron la ayuda médica cubana, y dirigentes campesinos chapines la valoraron de más valiosa que todo el oro del mundo, hecho que se ha repetido en muchos otros países a donde ha llegado la ayuda solidaria.  Difícil camino espera a quienes tienen la obligación de ir borrando desigualdades en un territorio donde casi el 60% de sus 14 millones 388 929 habitantes (censo del 2010) vive por debajo del umbral de la pobreza y más del 15% está en la indigencia. Hay que subrayar que el 75,6% de los pobres son indígenas y gran parte de los menores de cinco años sufren de desnutrición crónica, destacando negativamente el departamento de Huehuetenango, con 91%, lugar donde desarrolló sus labores una de las brigadas médicas cubanas, cuya foto encabeza este comentario.                                                                 

Desde hace años, Cuba mantiene 360 médicos y otros colaboradores de la salud en Guatemala y 591 estudiantes de esa nación cursaron estudios de Medicina el pasado año en la Isla, donde han egresado jóvenes de otras 90 naciones. 

Hoy, Cuba, que ha graduado a más de 100 000 médicos en la etapa revolucionaria, tiene a unos 73 000 ejerciendo a plenitud, siempre dispuestos a preservar lo más preciado para el ser humano, donde haga falta.