CRÓNICA: Multitudinaria sesión cubana Zucchero
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Unos dicen que hubo 20 mil asistentes. Otros especulan que 70 mil, pero lo cierto es que bucólica explanada que separa la Universidad de las Artes (ISA) de la Escuela Nacional de Arte, en Cubanacán, estuvo repleta. Diversas generaciones y nacionalidades se mezclaron para presenciar a Zucchero en un espectáculo bien pensado.
Los 60 kilos de audio traídos por el equipo de producción del artista italiano y las enormes pantallas en forma de medallones ubicadas a los lados del escenario, junto a las del centro del terreno y el lateral, permitieron que el público disfrutara desde diferentes ángulos del otrora campo de golf del Country Club donde desde hace 50 años se hospeda una de las joyas de la arquitectura cubana del siglo XX: las escuelas de arte de Cubanacán.
Tal como estaba anunciado Buena Fe abrió la noche. Temas como Catalejo, Encueros, Fin de fiesta, Pi 3,14, entre otros, fueron coreados por la multitud: “Hay quien no viene a Cuba porque tiene miedo, pero otros le pasan por encima al temor para regalarle un tronco de espectáculo como el que podremos disfrutar esta noche. Gracias Zucchero”, dijo Israel Rojas minutos antes de concluir su presentación, precisamente con Miedos.
Luego se escuchó la voz grave y profunda del músico italiano recitando Versos Sencillos de José Martí y después surgió la música. En total fueron una veintena de temas, los de su más reciente producción discográfica (La sesión cubana) grabada en el verano del este año en La Habana, y otros imprescindibles en su carrera.
En La sesión cubana aparecen como invitados varios músicos cubanos, entre ellos los pianistas Chucho Valdés y el recientemente fallecido Pucho López. Producido por Don Was, el fonograma contiene algunos de los grandes éxitos del artista italiano con nuevos arreglos —Baila Morena, con Maná; Ave María no morro, con Djavan— y otros creados o versionados para la ocasión como La Guantanamera que nunca había sido cantada en italiano. El producto tendrá ediciones para el mercado italiano, español e internacional, un videoclip y un DVD con imágenes del concierto de La Habana.
“Se llama La sesión cubana porque fue grabado en La Habana, no porque sea de ritmos cubanos, será más bien una mezcla de blues, soul y gospel. Es un proyecto nos lleva de Nueva Orleans a Cuba, pasando por México, donde los ritmos latinos, cubanos y tex-mex se mezclan y bailan entre ellos”, dijo Zucchero.
Con espectáculos como el de este 8 de diciembre, Zucchero realizará una gira internacional que lo llevará a Australia, Estados Unidos, Canadá, México, Venezuela, Brasil, Argentina y varias grandes ciudades del Viejo Continente.
En La Habana estuvo acompañado por 22 músicos en escena, 16 de ellos cubanos, entre los que destacaron el bajista Elmer Ferrer y el percusionista Horacio Hernández "El negro" (ambos presentes también en el disco). También participaron el contrabajista Jorge Reyes, el pianista Maykel Leoner Pernas, los trompetistas Lázaro Oviedo y Maikel Corrales, el tumbador Julio Guerra, entre otros. Los arreglos fueron del italiano y la dirección musical de Guillermo Barroso.
Muy aplaudida fue la interpretación del Maestro Frank Fernández: primero el Ave María, de Schubert, y luego el acompañamiento al dúo virtual de Zucchero con Pavarotti, en el tema Miserere.
Tras casi cuatro horas de buena música llegó el cierre con los dúos ocasionales junto a Laritza Bacallao, Pedrito Calvo y David Blanco.
El artista, nacido en Roncocesi di Reggio Emilia, “tierra de comunistas”, había confesado a la prensa que de familia le viene su compromiso ideológico con la izquierda y que creció con el mito de los héroes bellos y valientes que hicieron la Revolución: “Venir a Cuba era un viejo sueño que ahora he cumplido”, declaró, pero aseguró que el megaconcierto en La Habana era un hecho cultural, no político, por eso el espacio del ISA les resultó bello y armónico con la idea del espectáculo.
Zucchero “regaló” esta presentación a los cubanos y especialmente a las víctimas cubanas del huracán Sandy. En declaraciones previas al evento, el músico había criticado a los políticos y a los medios de comunicación que ignoraron los daños en la isla y solo hablaron de las pérdidas en Estados Unidos.
“Gracias por haber venido tantos. Gracias a los que creyeron en los “locos” y en este concierto”, dijo al concluir la velada.
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