España: plagas urbanas, otra consecuencia de la crisis
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La crisis no solo tiene consecuencias en el incremento del desempleo, el descenso del consumo o el aumento de las depresiones y el estrés. También es la culpable de que haya más plagas urbanas.
¿El motivo? La mala situación económica trae consigo una disminución de los tratamientos preventivos, a lo que hay que añadir un aumento del número de solares vacíos y, en algunos casos, una menor actividad de los servicios municipales de limpieza.
Así lo ha asegurado a Efe la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), Milagros Fernández de Lezeta.
También el cambio climático, con inviernos cada vez más templados, y el mayor tráfico internacional de mercancías y personas contribuyen a la expansión de especies en las ciudades.
Las plagas urbanas no solo acarrean graves molestias sino que tienen importantes consecuencias en la salud pública, ya que son transmisoras de enfermedades, y pueden generar, además, problemas psicológicos.
"Desde el punto de vista sanitario el control de las plagas es fundamental para el bienestar de la población", ha advertido Fernández de Lezeta.
Ratas y cucarachas son las protagonistas indiscutibles de las principales plagas que se dan en las ciudades, fundamentalmente porque viven de los detritus urbanos.
Muchas veces no las vemos pero están ahí y son oportunistas. Cualquier descuido en la recogida de residuos y una menor limpieza y control las hace proliferar.
Precisamente, en la cárcel Modelo de Barcelona, que cuenta con 1600 reclusos, se han detectado en los últimos meses cuatro o cinco episodios de presencia de chinches y ratas.
Los roedores son portadores de enfermedades, tanto si muerden como si contaminan los alimentos a través de la orina o al roerlos: hantavirus, fiebre hemorrágica, toxoplasmosis y ántrax son algunas de ellas.
Las cucarachas, aunque no nos van a morder, sí pueden contagiarnos enfermedades. Su paso sobre alimentos y utensilios de cocina los contamina y es el origen de salmonelosis, hepatitis, gastroenteritis o disentería.
Además, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se asocian a casos de asma.
¿Cuando se considera que hay una plaga?
Según Fernández de Lezeta, "es un problema de densidad de la especie y del lugar donde se localice".
Por ejemplo, cuatro o cinco cucarachas en una nave aislada no es una plaga, pero si hay una sola en un quirófano ya hay que tomar medidas.
La responsable de ANECPLA explica que hay un parámetro que se denomina "nivel de tolerancia", es decir, el número de individuos de una especie que se pueden tolerar en un determinado lugar. "Pueden ser mil o cero".
Para las ratas, el umbral de tolerancia fuera del sistema de alcantarillado siempre tiene que ser cero, mientras que en las cucarachas no siempre es así.
Aunque existe una leyenda urbana sobre que en Madrid hay siete ratas por habitante, Fernández de Lezeta cree que es muy difícil saber cuál es la población de roedores que viven en el subsuelo de la capital.
También las aves urbanas, principalmente las palomas, se están convirtiendo en plagas, ya que "se agrupan en una determinada zona donde defecan; sus heces crean unos hongos cuyas esporas son muy perjudiciales para la salud".
Se creía que estaban erradicadas, pero las chinches están reemergiendo.
Muchas veces llegan hasta nuestros camas, por ejemplo, a través de un cabecero importado de algún país asiático.
Estos insectos no son transmisores de enfermedades pero "producen reacciones alérgicas importantes en determinadas personas, con efectos en algunos casos muy preocupantes", ha señalado.
"Cuando alguien se levanta con una picadura, habría que inspeccionar la cama".
Aunque los mosquitos en España no se consideran transmisores de enfermedades, el año pasado se detectó en la comarca de Los Monegros (Huesca) el que puede ser el primer caso de dengue autóctono en nuestro país.
En los últimos años los expertos están detectando mayor presencia de algunas especies como el mosquito tigre -trasmisor del dengue-, que se ha instalado en Italia, Francia y en algunas zonas de Cataluña y levante, debido al aumento del tránsito de pasajeros y mercancías.
También las garrapatas transmiten enfermedades y, aunque estamos poco acostumbrados a identificar este artrópodo, hay que ser conscientes de que existen, por lo que hay que estar alertas, especialmente cuando se tienen animales domésticos, como perros.
En España no existe ninguna norma que obligue a realizar tratamientos antiplagacidas, si bien la Ley General de Salud Pública establece que cualquier establecimiento público tiene que mantener las condiciones higiénico-sanitarias necesarias.
Ello significa, según la directora de ANECPLA, que "no es admisible que haya una población de ratas o cucarachas" en esos locales.
Algunos sectores como el de la industria alimentaria cuentan con el APPCC, un sistema preventivo para identificar, evaluar y controlar los riesgos encontrados durante la preparación, transformación, elaboración, manipulación y puesta a la venta o suministro al consumidor de los productos alimentarios.
"Y uno de esos riesgos es la presencia de plagas".
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