Estrenan filme cubano Los desastres de la guerra (+ FOTOS)
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La Tierra después de la hecatombe. No queda nada, suelos desiertos, sol castigador, cielo deshabitado… Algunos humanos que sobrevivieron al desastre nuclear se han convertido en bandidos y asaltan (para quitarles lo poco que les queda o para comérselos) a otros que pacíficamente marchan camino del mar.
Al parecer ninguno de ellos ha visto antes el océano, nadie sabe cómo es, pero creen que allí podría estar el comienzo de una nueva vida. Van con fe hacia él y todo el trayecto es una aventura agónica, sin alimentos, sin agua, heridos... solo se tienen los unos a los otros. Son desconocidos que pretenden ser como una familia.
La devastación ha sido tal, que entre los sobrevivientes el término familia es casi una incógnita. Otras palabras como libros, paz… son también un enigma.
Los desastres de la guerra es el filme más reciente de Tomás Piard, que será estrenado próximamente en los cines cubanos.
La turbulenta realidad que vivimos hoy nos empuja cada día a lo que sería el fin de nuestra especie, de nuestro planeta. El desgaste de los recursos naturales imprescindibles para la existencia, las guerras y en general, la crisis del mundo actual, auguran un final no muy alejado de lo que propone Piard en su película.
¿Qué será de nosotros si ocurre una ofensiva nuclear, habrá algo que sobreviva a la catástrofe?, y si es así, ¿cómo serán esos seres, cuáles sus intereses, será posible establecer nuevamente una sociedad…?
La reflexión sobre estos cuestionamientos es lo que vemos en pantalla. Escenarios dantescos, desoladores, en los que predomina un tono ocre oxidado, hablan de la precariedad, de la miseria humana. Los personajes de esta odisea son siete hombres -un niño, cuatro jóvenes y dos adultos.
«Quería que fueran actores poco conocidos para que el público se identificara con ellos como seres humanos en situaciones límites», comenta Piard.
—Este tema es poco tratado en el cine cubano, pero recurrente en su filmografía…
—Se trata de la vida después de la muerte. Estos personajes tienen valores, se reúnen y llegan a ser como una familia; es un fundamento de mi fe. Y creo que es la fe lo que ayudaría a sobrevivir al ser humano después de la destrucción del planeta.
He hecho ya cinco películas sobre esto porque me interesa la vida y temo mucho que, por irresponsabilidad y egoísmo, el planeta y todas las cosas maravillosas que hemos hecho durante cientos de años se destruyan por culpa de unos cuantos.
No creo que podamos cambiar nada con un filme, pero los artistas podemos contribuir a alertar. Por lo que dicen las noticias, todo apunta a que en un futuro pasará algo muy malo.
—Esta es una historia de hombres, las mujeres solo aparecen al final del filme.
—Esas muchachas posiblemente tuvieron una odisea semejante a la de ellos. Decidí contarlo con hombres porque yo lo soy, me identifico con la naturaleza masculina. Atajé a los hombres que han perdido a sus esposas, a sus familias, pero claro, la evolución no se puede lograr sin mujeres, por eso salen al final.
—Aunque todos los personajes tienen un rol importante en el filme, la figura de Orián representa al líder, ¿cómo trabajó el concepto de héroe?
—Ese personaje no sabe cuáles son sus orígenes. Jesucristo es un antepasado de él, pero él ignora cuáles son sus poderes. Es el niño, que tiene luz larga, quien lo sabe.
—Este personaje lleva un cordón con una cruz, ¿cree que es la religión una necesidad para fundar una sociedad en esta historia?
—La fe sí lo es. Ellos nunca han visto el mar, pero van a él por la fe.
—No es habitual que en sus películas aparezcan escenas violentas como las que vemos en Los desastres de la guerra.
—Fue un trabajo difícil, nos auxiliamos de la escuela de Wushu, ellos montaron las coreografías de combate y todos los actores se prepararon físicamente para enfrentar estas escenas.
—¿Por qué la película está dedicada a Akira Kurosawa?
—El pueblo japonés es el único que hasta ahora ha sufrido en carne propia una guerra nuclear. De cierta forma, los siete viajeros representan los siete samuráis de Kurosawa. Son hombres que han sufrido mucho, pero que aún conservan sus valores.
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Roberto
Marco Saenz
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