Con 82 años, Clint Eastwood vuelve a la actuación
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Luego de haber renunciado a su carrera de actor para dedicarse a la realización, Clint Eastwood se pone de nuevo delante de una cámara, a sus 82 años, con la película "Trouble with the Curve" (Golpe de Efecto), una emocionante reflexión sobre la vejez y las relaciones entre padre e hija.
Y para contradecirse más aún, la leyenda de Hollywood también decidió no realizar su última obra, que se estrena este viernes en Estados Unidos, sino delegar la tarea a su colaborador y productor de larga tiempo, Robert Lorenz.
La última vez que Clint Eastwood se dejó dirigir en una película fue hace unos 20 años, con "In The Line Of Fire" (En la línea de fuego) (1993), de Wolfgang Petersen. Pero Robert Lorenz "hizo un excelente trabajo", declaró el actor en rueda de prensa tras la proyección de la película en Beverly Hills.
"Hacía años que (Lorenz) pedía poder dirigir y ésta fue una oportunidad", agregó el actor con un poco de ironía.
Adulado por cantidades de admiradores, que alaban su elegante clasicismo y su filmografía, la imagen de Eastwood quedó no obstante empañada en este año electoral en Estados Unidos debido a su reciente participación en la convención republicana.
La tendencia política de la estrella era conocida desde hace tiempo, pero el contenido de su discurso, en el que lo extraño se codeó con la incongruencia -por ejemplo durante su diálogo con una silla vacía- opacó su imagen, dando la visión de un anciano cansado.
Pero a la hora de defender su película, se presentó como un hombre que no duda en hacer chistes en un tono seguro, aunque algo seco, y que toma con diversión las preguntas sobre su edad y el paso del tiempo.
"¡Cuando uno llega a cierta edad, lo único que lo pone contento es seguir estando!", reconoció con una gran sonrisa.
"Me gustó mi recorrido hasta aquí, e intento apreciar el camino que me queda".
"NO HACEMOS OTRA COSA QUE MENTIR"
La vejez y sus estragos están en el meollo de "Trouble With The Curve", en el que Eastwood interpreta a un cazatalentos para un club de béisbol de Atlanta, que al mismo tiempo rechaza su inminente ceguera.
El anciano, de carácter destemplado y violento, es incapaz de mantener una relación sincera y apacible con su hija (Amy Adams), que resuelve no obstante acompañarlo en un viaje a Carolina del Norte, para intentar quebrar el caparazón de este padre poco cariñoso.
Eastwood asegura que disfrutó mucho el dejar su papel de cineasta para recuperar el de actor.
"Luego de 'Gran Torino', llegué a la conclusión de que era algo estúpido pretender hacer las dos cosas al mismo tiempo... a pesar de haberlo hecho durante 40 años", reconoce.
Eastwood dio sus primeros pasos como realizador en 1971 con "Play Misty For Me" ("Obsesión mortal").
"Pensé que tenía que conformarme con ser actor, para no complicarme la vida. Y esta fue una oportunidad.
Alcanzaba con ver a Amy (Adams) lanzarme la pelota", ironizó.
"Probablemente no vuelva a hacer las dos cosas al mismo tiempo, al menos durante un rato", agregó. "Pero también había dicho, hace ya varios años, que no actuaría más, y cambié de opinión. A menudo, no hacemos otra cosa que mentir".
En la convención republicana, no mintió cuando exhortó a los estadounidenses a no reelegir a Barack Obama a la Casa Blanca. Aunque reconoció que no tenía las ideas bien puestas en el momento de pronunciar su discurso, casi improvisado, si no fuera por los "cinco segundos" de preparación que le dedicó antes de comenzarlo.
"Cuando uno se sube al escenario, se encuentra ante 10.000 personas extremadamente entusiastas y su espíritu se vacía, pase lo que pase", explicó.
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