Turoperadores denuncian trabas de EE.UU. a viajes hacia Cuba
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Varias agencias estadounidenses denunciaron las trabas burocráticas impuestas por el Gobierno para renovar sus licencias y evitar que organicen viajes a Cuba, sometida hace más de medio siglo al bloqueo económico, comercial y financiero de Washington.
Esas empresas turísticas precisaron que en los últimos meses aumentaron las demoras en la tramitación de los permisos, lo cual provocó la cancelación de vuelos, despido de empleados y pérdidas financieras.
«Está todo casi paralizado desde el 1 de julio», dijo Bob Guild, vicepresidente de Marazul Charters Inc., que organiza intercambios y vuelos chárter a Cuba, en declaraciones citadas por el diario Nuevo Herald.
En mayo pasado, el Departamento del Tesoro redobló la supervisión detallada de las visitas a la isla y anunció que la violación de las restricciones será castigada con multas de 65 mil dólares y hasta la suspensión de licencias.
«Básicamente tenemos que justificar que cada minuto de cada día constituye un contacto de persona a persona, que es el único tipo de contacto permitido por las leyes actuales», expresó David Harvell, del Centro de Estudios Cubanos con sede en Nueva York.
Su organización tuvo que suspender seis viajes ya programados porque la solicitud para renovar la licencia todavía está incompleta y tiene varios cientos de páginas.
Los turoperadores coinciden en que los obstáculos responden al acuerdo de la Casa Blanca con el senador republicano Marco Rubio, conocido por sus posiciones extremistas contra La Habana, para imponer controles más estrictos a sus compañías, mayor revisión de los itinerarios y el programa en general.
Sobre ese punto, Tom Popper, director de Insight Cuba, dijo que por esa causa su empresa despidió a 22 empleados, perdió millones de dólares y teme cancelar más de 150 viajes programados en los próximos 12 meses, porque todavía no dispone de autorización.
Voceros del Departamento del Tesoro confirmaron a medios de prensa que las disposiciones prohíben los paseos por lugares recreativos y las transacciones financieras relacionadas con actividades turísticas.
Esas medidas se aplican a ciudadanos estadounidenses sin vínculos familiares con cubanos, y a partir de ahora los solicitantes de licencias deben explicar para qué necesitan reunirse con altos funcionarios en la isla antillana.
En enero de 2011 el presidente Barack Obama certificó una relajación relativa en la prohibición de los contactos con Cuba, y permitió que compañías aéreas y agencias pudieran organizar viajes a la nación caribeña, pero solo con fines culturales y educativos.
Pero las primeras licencias no fueron otorgadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros —adscrita al Tesoro— hasta seis meses después, y al mismo tiempo que la congresista conservadora Ileana Ros-Lehtinen solicitara medidas anticubanas más severas en este acápite legislativo.
El bloqueo contra Cuba ha costado en su más de medio siglo de aplicación una cifra superior a los 975 mil millones de dólares, y viola la Carta de Naciones Unidas y las normas del Derecho Internacional.
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