Eusebio Leal: La restauración de La Habana solo puede hacerse en una Revolución como la nuestra

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Eusebio Leal: La restauración de La Habana solo puede hacerse en una Revolución como la nuestra
Fecha de publicación: 
3 Febrero 2020
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La antaña ciudad parecía condenada al olvido, casi en ruinas, inerte. Salvarla se convirtió en un gran reto, aunque muy poco pudo realizar a principios del pasado siglo Emilio Roig de Leuchsenring, fundador de la Oficina del Historiador de La Habana, “para salvar la metrópoli de la ruina arquitectónica”.
 

Con el triunfo de enero de 1959 y el apoyo del Comandante en Jefe de la Revolución cubana comenzaron a nacer diferentes proyectos, ideas y acciones concretas que empezaron a devolverle la vida a las entramadas calles y su entorno.  

En 1981, por decisión del Gobierno, la Oficina del Historiador de La Habana asumió el gran desafío de llevar adelante el primer plan de obras de restauración.

Mucho se ha hecho desde entonces a la fecha en los más diversos ámbitos, que abarcan desde la coordinación de instrumentos de planificación y gestión urbanas en zonas de valor patrimonial, hasta ocuparse de la atención de adultos mayores y personas con discapacidad residentes en la zona.

Una larga historia de esfuerzos comunes y continuos desafíos se ha ido construyendo en tantos años, sobre los cuales contó el doctor Eusebio Leal Spengler, historiador de la ciudad de La Habana, en el más reciente chequeo del Grupo de Apoyo a la capital, donde la Oficina del Historiador informó sobre su gestión, y estuvo encabezado por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández; y el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz.

En sus palabras, el Doctor Eusebio ofreció elementos sobre cuánto se ha hecho allí a lo largo de los años en los más diversos ámbitos, no solo el dirigido al rescate de la arquitectura y las edificaciones de valor patrimonial.

En tal sentido, destacó el amplio programa cultural; el renacimiento de los oficios en la Escuela Taller, con mil 732 graduados en diferentes oficios, y otros 169 en técnico medio en restauración; la gestión social, dentro del cual se atiende con esmero a adultos mayores y personas con discapacidad; así como proyectos educacionales para la formación de niños, jóvenes y profesionales.

La investigación, el desarrollo, la innovación y la gestión del conocimiento han sido también pilares en el trascurso de estos años, en los que se han realizado numerosas compilaciones de obras y se han promovido encuentros internacionales, relacionados con el patrimonio.

Entre las principales obras que pretenden concluir en el presente año enumeró viviendas, museos, galerías, centros culturales, gastronómicos y de estudios. De manera especial, enfatizó en las obras de restauración en el Complejo Monumental del Antiguo Convento de Santa Clara, como colegio para la formación en artes y oficios de la restauración; la tercera etapa del Museo del Automóvil; y el Cuartel General del Ejército Libertador en la Quinta de los Molinos.

Asimismo, el Historiador de La Habana detalló la amplia gestión cultural que realizará este año la Oficina y abarca a unas 66 de sus instituciones.

La Habana Vieja, además de un centro cultural –valoró- es un centro habitado, un centro ecuménico donde miles de personas trabajan todos los días, buscando objetivos comunes para hacer en la cotidianidad.

Como prioridades que se han definido desde la Oficina del Historiador en el presente calendario refirió, entre otras, el apoyo que se continuará ofreciendo al programa de cuidado de ancianos y la inserción de jóvenes con discapacidad intelectual; la ampliación del sistema de bibliotecas públicas; así como el apoyo al reciclaje de residuos sólidos urbanos y escombros, a la construcción o rehabilitación de viviendas, y a la red de oficinas del historiador y el conservador de las ciudades patrimoniales de Cuba.

Una vez celebrados los 500 años de la antaña urbe, Leal Spengler aclaró que los trabajos de la Oficina no terminan: “ahora la mirada está puesta en el 501 aniversario y los compromisos que la fecha entraña en todos los espacios”.

Todo el que intente hacer un proceso de restauración como el que en la zona se ha realizado –reflexionó- y no atienda ni dé empleo a la comunidad que allí habita, no podrá cosechar resultados de ningún tipo. Tal como manifestó convencido Eusebio, “una obra como esta, de proyección internacional y reconocimiento público, solo puede hacerse en una Revolución como la nuestra”.

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