«El pueblo enardecido que masivamente te apoya (…) merece disfrutar la histórica victoria que nos espera el 7 de octubre, y sin triunfalismo, como tú constantemente adviertes».

Así señaló el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, a Hugo Chávez, en un mensaje leído este lunes por el estadista sudamericano mediante contacto telefónico con una rueda de prensa del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

En el habitual contacto del vice-primero del Psuv, Diosdado Cabello, con periodistas nacionales y extranjeros en la pequeña casa de la directiva partidista —en la capitalina Maripérez— Chávez leyó parte del mensaje de Fidel.

En el mismo, el legendario revolucionario isleño y mundial le refiere: «Le agradecemos a tu pueblo, y a ti personalmente, el privilegio de tan singular experiencia», en clara referencia al crucial hecho histórico que será para Nuestra América y el planeta los comicios por la primera magistratura en Venezuela, previstos para el domingo 7 de octubre (7-O).

Virtualmente ganador —según análisis de todas las fuentes—, en su intercambio con la dirigencia del Psuv y reporteros locales y foráneos, Chávez también se detuvo en la experiencia de «democracia participativa y protagónica» que desarrolla el país, uno de los ejes de su llamado Socialismo del siglo XXI.

Al respecto, dijo: «Debemos insistir en que somos lo nuevo, ante el engaño burgués de disfrazarse de lo nuevo», en alusión a la mímesis por parte de la ultraderecha del discurso, las ideas y los programas que ha implementado —no sin pocos obstáculos— la Revolución Bolivariana» durante el corto pero sumamente difícil y boicoteado período de 13 años.

El estadista volvió este lunes a insistir en una idea que viene madurando desde hace varios meses y que empezó a esbozar ya de manera más firme y teórica durante los últimos días.

A partir de la pronosticada debacle electoral de la ultraderecha el 7-O, Chávez reiteró la necesidad de que la oposición se rearticule. Que pueda detener en el futuro el secuestro que están perpetrando en sus filas (no subestimables, pues son más de cuatro millones de votantes y si trabajan bien pudieran rebasar los cinco) los grupos oligárquicos neofascistas, cuyo delfín de hora es el candidato de la denominada Mesa de la Unidad Democrática: Henrique Capriles Radonski.

Desde el más gélido de los análisis, pudiéramos inferir que con las mayorías populares a su favor (más del 70 por ciento del electorado), parte de la clase media también en pro, y muchos capitalistas en dudas, Chávez está dando una nueva clave.

Su Socialismo del siglo XXI incluye a todos quienes puedan hacer de Venezuela esa nación potencia (recursos materiales, históricos, humanos y espirituales le sobran) a que ellos aspiran y que el mundo necesita.

Es decir el socialismo: ni «real», ni «ideal», sino el que puede ser «mientras la vida no demuestre lo contrario».