El judo cubano: La objetividad olímpica con Tokio sobre la mesa (+VIDEO)

El judo cubano: La objetividad olímpica con Tokio sobre la mesa (+VIDEO)
Fecha de publicación: 
26 Noviembre 2019
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Hay un elemento que es fundamental en toda disciplina deportiva: la preparación. En el caso de las de combate, y específicamente en el judo, con un calendario competitivo bien extenso como parte del llamado World Tour, esta deviene medular.

Con los tatamis frescos aún tras caer el telón del Grand Slam de Osaka, en el que Cuba culminó en la décima posición por países gracias al performance de Idalys Ortiz (plata en +78 kgt); Maylin del Toro (5ta en los 63); y Kaliema Antomarchi (7ma en los 78) merece la pena profundizar objetivamente en las posibilidades de podio de este, uno de los deportes estratégicos.

En este avance previo en la propia Tierra del Sol Naciente, ante la presencia de 481 competidores de ellos 205 féminas en representación de 87 países, los anfitriones y padres de esta disciplina, demostraron su poderío arrollador, al adueñarse de 11 títulos, ocho platas y 15 bronces, además de 12 quintos lugares y dos séptimos escaños, posiciones que reciben puntuaciones sólidas en materia de ranking divisionales.

Tal fue su rodillo, que solo Francia y Rusia (1-0-1), y Georgia (1-0-0) escaparon de su dominio dorado.

Lógico, esta lid difiere mucho de la que se disputará bajo los cinco aros, pues en Osaka, los nipones presentaron hasta cuatro exponentes por división en ocasiones, y es conocido que, en los olímpicos, cada nación podrá inscribir a un atleta, en caso de que este esté clasificado por su escalafón, o por los llamados cupos continentales.

Hecho este análisis entremos en un posible modelaje competitivo respecto al cruento escenario de Tokio, partiendo de las posibilidades de nuestras principales cartas.

Idalys Ortiz (+78 kg): Para nadie es secreto que la artemiseña es el máximo referente de la disciplina en nuestro país y la carta de triunfo más segura. Hablamos de la líder del listado divisional rumbo a Tokio (6 330 ptos), además de que exhibe cinco primeros escaños, dos segundos y un tercero en lides de connotado rigor.

Exhibe un balance de 29 éxitos y tres fracasos en este 2019, pero dos de esos deslices han sido frente a la japonesa Akira Sone, una judoca de tan solo 19 años, pero que se antoja el principal escollo de la antillana en sus aspiraciones de reeditar su cetro de Londres 2012, (posee además bronce en Beijing 2008 y la plata de Río 2016).

Sone, desde febrero en el Grand Slam de París cuando culminó en bronce, solo conoce el sitial de honor en toda lid en la que ha incursionado (seis oros, incluido el del Mundial). Además de sus 17-1 en lo que va de año, acumula balance de 3-1 sobre Idalys, basada esencialmente en su técnica depurada, defensa hermética, y explosividad y velocidad en la ejecución de sus acciones.

¿Qué pudiera estarle faltando a Ortiz de cara a otro posible duelo?

Elevar un poco la fuerza y el fondo físico, partiendo de que los pleitos frente a la novel y fogosa Sone, se han definido por lo general en regla de oro. Además de que esa mayor capacidad contribuiría para que la nuestra, con toda la experiencia, arsenal técnico-táctico, y maestría que posee, pudiera taladrar el cerco defensivo de su oponente.

De cualquier manera, la calidad, estabilidad y palmarés de Idalys, nos hacen pensar en un camino olímpico no tan pedestre, al menos hasta instancias semifinalistas.

Iván Silva (90 kg): No han dejado de ser los 90 kg masculinos, una de las divisiones más cruentas en materia de rivalidad. Calco de casi tres ciclos olímpicos, el panorama en ese peso resulta bien difícil de presagiar. Sucede que entre los primeros 15 hombres del escalafón pudiera suceder cualquier cosa.

Hablamos de que con algún margen favorable para el español Nikoloz Sherazadishvili (5 591 ptos), puntero del ranking, ningún exponente tiene su camino allanado, a tal punto de que en la cita del orbe de Tokio en la cual Silva ancló séptimo, el podio lo coparon el holandés Noël van 't End (4 061-3ro), el nipón Shoichiro Mukai (3 221-6to), el galo Axel Clerget (2 268-14), y el serbio Nemanja Majdov (3 683-5to).

Ahora en Osaka, por ejemplo, el uzbeko Davlat Bobonov (1 295-31) fue plata, a la escolta del georgiano Beka Gviniashvili (2 981-7mo).
Ante semejante madeja de resultados Silva se coloca segundo (4 135) de la clasificación, con saldo de 35-11 en la arena internacional este 2019.

Para el yumurino, Mukai se ha tornado indescifrable, pues exhibe tres derrotas sin asomo de victoria ante el nipón; además de 1-3 adverso versus Sherazadishvili.

Claves para Silva en aras de continuar con su espiral evolutiva, diversificar un poco más su arsenal técnico, con trabajo sobre acciones continuadas en el newaza, y ampliar el fondo físico, para llegar fuerte a definiciones que excedan el tiempo reglamentario.

Maylin del Toro (63 kg): Su crecimiento durante el presente ciclo ha sido incuestionable, a tal punto de que me atrevo a colocarla en esta candidatura tan exigente. Cuarta en el ranking (3 270) ha aprendido a codearse con las mejores, con quiénes combate de a igual.

A sus 25 años y con foja de 27-12 en la temporada, Maylin puede considerarse una judoca sólida en una categoría bien escabrosa. Ampliar su repertorio técnico, feundamentalmente en acciones en el newaza, y ganar en autoconfianza sin renunciar al plan táctico trazado, pudieran ser claves en su mejoría futura.

La eslovaca Tina Trstenjak se antoja una de sus bestias negras, pues la aventaja 3-1 en el cara a cara.

Kaliema Antomarchi (78 kg): Con horizonte bien abrupto, merece ser colocada en esta pequeña selección, especialmente por el hecho de que posee calidad para dar un golpe de relieve bajo los cinco aros. Cuarta en el escalafón (3 674 unidades), Kaliema pudiera explotar más su talla y alcance a la hora de materializar kumis (agarres). El aumento de la fuerza contribuiría mucho en ese sentido y podría conjugarlo con explosividad.

La técnica es su principal recurso, pero aún debe consolidar su repertorio tanto en el combate de pie como sobre el tapiz. Con notoria experiencia a sus 31 abriles, y balance de 25-13 en la presente campaña, solo ella podrá ser capaz de demostrar hasta dónde puede llegar, más allá de un organigrama benévolo o rocoso.

Su reciente éxito frente a la británica Natalie Powell (3 675-3ra), fue un toque alentador, amén de que no ha podido hacer la cruz ante la brasileña Mayra Aguiar en ocho duelos, ni ante la nipona Mami Umeki (3 550-7ma).

Esos son los potenciales cuatro ases desde nuestra perspectiva, que poseen las escuadras de judo de la Mayor de las Antillas.
Andy Granda (+100 kg) y Magdiel Estrada (73) complementan en un segundo nivel de opciones este cuadro. Granda (12-10 y puesto 27 del escalafón con 1 440 rayas) no se halla al nivel de los más encumbrados de su categoría, máxime ahora que el francés Teddy Rinner volvió al ruedo; en tanto Magdiel (21-11, sumados a 1 653 unidades y la plaza 24) ha tenido destellos de mayor estabilidad en este lapso reciente, pero aún no se inserta del todo en esa élite de una división en extremo complicada.

Judo, Cuba en su cruzada rumbo a Tokio 2020, y la mirada de CubaSí a nuestros candidatos a medalla lo más objetiva posible.

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