Twitter y su like a Trump

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Twitter y su like a Trump
Fecha de publicación: 
22 Noviembre 2022
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El mundo es una maquinaria constante que genera noticias de todo tipo. Por ello, rara es la ocasión en que algún interés mediático logra trascender par de días y mantenerse por mayor tiempo; es algo solo reservado para eventos de impacto, ya sean positivos o negativos, y principalmente asociados a la política, lamentablemente, casi siempre asociados a su peor expresión. Ah, y por un mes, también lo será el fútbol… pero no vengo a hablar de deportes.

Las últimas semanas han sido ejemplo de lo que menciono anteriormente, cuando determinados sucesos nos amanecieron de titulares en informativos de la “gran prensa internacional” y luego perdieron atención mediática.

Es el caso del desenlace del culebrón que fue la compra de Twitter por Elon Musk. Vimos hasta el aburrimiento la danza de los 44 mil millones de dólares en juego para esa operación, los debates en torno a declaraciones de Musk sobre nuevas políticas que asumiría, amenazas de cobrar por servicios hasta entonces gratuitos, y el despido de la Junta Directiva de la empresa en pleno.

También es el caso, más reciente, de las aspiraciones del ex presidente Donald Trump de volver a la Casa Blanca. Lanzando su candidatura, Trump pretendió cerrar el capítulo de unas elecciones de término medio que, si bien evidenciaron un avance de su partido en varios espacios políticos, estuvo lejos de los resultados esperados por burros y elefantes (aclaro que no ofendo a nadie: esas mascotas representan respectivamente a demócratas y republicanos).

Como era de esperar, ambas noticias languidecieron pronto, pues nadie en la audiencia iba a recibir ni un dólar de la venta de Twitter, ni el regreso soñado de Trump tomó por sorpresa a quienes siguen su vida pública. Pero quiso el capricho que este fin de semana Twitter y Trump volvieran a ser noticia —igualmente efímera, pero noticia al fin— por un suceso que los involucró a ambos.

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Resulta que Musk lanzó una encuesta desde su perfil en Twitter, de la cual resultó que un 52% de los más de 15 millones de usuarios que votaron, lo hicieron en favor de que Twitter rehabilitara la cuenta del ex mandatario. Y, en consecuencia, así procedió la red social del pajarito azul. Pretender identificar quién gana con esta decisión sería tentar a la especulación, sobre todo cuando se derivan repercusiones inmediatas como la caída de las acciones de la empresa o la retirada de algunos patrocinadores. No obstante, el desplome de esas acciones genera un escenario idóneo para que ellas mismas cambien de dueño, y Twitter sigue siendo una organización altamente competitiva, de alcance mundial y donde cada perfil es un potencial consumidor, así que nuevos patrocinadores ocuparán pronto el lugar dejado por aquellos.

En todo caso, que nadie se extrañe si ambos —Musk y Trump— emergen beneficiados en ese contexto. Bajo una visión compartida de egos, y de proyectos económicos y políticos, a Twitter le vendría bien que el expresidente retome la plataforma como su vocería personal, considerando que la creada por él (Truth Social) no acaba de calar en públicos y usuarios; simplemente, las métricas y el tráfico que puede generar cualquier polémica en torno a Trump, favorecería el posicionamiento y las acciones en la bolsa de la compañía.

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Por su parte Trump, con la mira puesta en las elecciones presidenciales de 2024, acaba de recuperar 87 millones de seguidores. Si bien los resultados de las recientes elecciones dan a entender que ha perdido influencia y peso en su partido, mantiene niveles nada despreciables, suficientes para imponerse en las primarias o para que, aun perdiendo, tenga que ser tomado en cuenta en la estrategia del partido. Como dato de interés, la figura que apunta a ser su principal contendiente republicano, el Gobernador de Florida Ron DeSantis, no llega a 4 millones de seguidores en Twitter. Lo cierto es que Trump se mantiene vivo en el panorama político de Estados Unidos, y ya sabe lo que puede representar Twitter en las batallas que se le avecinan.

Esperemos entonces que en los próximos días la vorágine mediática vuelva a desplazar a Trump y a Musk. Esperemos que, para variar, sea con noticias más felices y esperanzadoras. Por cierto, una pudiera ser que Twitter restaure los cientos de perfiles de ciberactivistas revolucionarios cubanos que fueron bloqueados semanas atrás, o que elimine el trato discriminatorio a los medios de prensa y funcionarios que se identifican con los gobiernos de Rusia y Cuba; o que Trump anuncie que cambiará la política de su anterior mandato hacia La Habana. Pero nada, hay likes y noticias que no están permitidos dar.

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