Por la razón o la fuerza
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“Por la razón o la fuerza” fue el primer texto grabado en el escudo de la República de Chile al lograr su independencia.
El enunciado ante situaciones emergentes en cualquier parte de América y el mundo no deja de tener vigencia. Expreso esto después de leer el mensaje a la población del Presidente Díaz-Canel en la reunión del Grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la COVID-19, celebrado recientemente.
Según se difundió por nuestros medios de prensa el mandatario sustentaba que “El país está haciendo esfuerzos indecibles para mantener las mínimas coberturas de los recursos que son necesarios para enfrentar con efectividad el actual pico pandémico, pero también necesitamos más cooperación de todos”,
Destacó que la situación actual de la epidemia ha sobrepasado las capacidades del sistema de Salud, tensionando el trabajo de todo su personal, de todos los organismos que están apoyando en el enfrentamiento a la pandemia, y también porque existe un mayor consumo de medicamentos y oxígeno.
De sus argumentos el que mayor peso y atención llamó mi atención afirmaba: “Ante esta situación se necesita «más exigencia hacia nuestras instituciones sanitarias, más rigor en el trabajo, pero también más comprensión, porque entre todos tenemos que contribuir a que nos protejamos, y a que protejamos a los demás».
Pero esto –dijo– «no se logra si no mantenemos las normas de aislamiento, las medidas higiénico-sanitarias, si no apoyamos todas las lamentables restricciones que tenemos que tener en condiciones como estas para poder cortar la transmisión».
El Primer Secretario explicó que «hay indicios de que podemos ir mejorando la situación, pero es necesario, además del resultado que va dando la vacunación, complementarlo, asegurarlo, sostenerlos, fortalecerlo con una conducta responsable».
Díaz-Canel señaló: “Sin exigir molestias, sin romper con la vida familiar ni queriendo pedir esfuerzos extraordinarios, conociendo todo el tiempo que hemos tenido de limitaciones con esta pandemia, les pido comprensión, compromiso, pensamiento sobre esto, para en el menor tiempo posible estar en condiciones de sobrepasar este pico pandémico, el que podemos vencer”, decía el artículo difundido en el sitio web de la Presidencia..
Es excelente toda esta argumentación del compañero Díaz-Canel la asiste una gran objetividad, humanismo, altura y comprensión.
Pero pregunto hasta cuándo se van a tolerar o ser benignos o tal vez débiles con las violaciones, negligencias e incapacidades de personas e instituciones y la franca desobediencia o ignorancia a lo ordenado.
Lo que piden nuestras más altas autoridades no es un ruego: es un mandato, una orden.
Y como no se lograr, al parecer, en muchos casos, por “la razón” es necesario adoptar medidas más drásticas.
¿Cuántas multas se han aplicado:? A quienes se ha sancionado con la separación de sus cargos por su incompetencia y negligencia. Los han enviado a los centros policiales a las prisiones preventivas para después de instruirlos de cargos proceder a su juicio. A lo mejor sí, pero nada se ha informado al respecto en detalle.
Tengo noticias que en el hospital de Ciego de Ávila fue descubierta la sustracción de grandes cantidades de medicamentos.
En tiempos excepcionales, casi como en una guerra, ante hechos como este, son impostergables medidas excepcionales con fuerza. No se está pidiendo un favor: se está imponiendo una exigencia que el pueblo reclama indignado.
Actuemos con más energía y “fuerza” ante estos delitos propios de delincuentes inescrupulosos en medio de una pandemia que suma miles de enfermos cada día y ya acumula más de tres mil fallecidos.
Qué se espera para actuar con energía con quienes son sorprendidos vendiendo medicamentos robados. Medicinas que podían haber salvado muchas vidas. Actúan como verdaderos esbirros y así hay que tratarlos. Este tema también fue tratado en el Grupo Temporal. ¿Qué ha pasado?
Hay que aplicar en estos casos las penas más severas.
Como proclamaba el escudo Chile “Por la razón o la Fuerza”. Ha llegado la hora de la fuerza revolucionaria y justa, sin arbitrariedades, con justicia, protegiendo al pueblo, a miles de enfermos, a niños, mujeres y ancianos, los más afectados entre nuestra población
Estimado Presidente, apreciamos su entrega diaria, incansable, la dedicación y esfuerzo en un trabajo arduo para derrotar el Coronavirus y salvar a nuestro pueblo. Pero le pido medite sobre lo que le expongo. Me atrevo a decir que podría ser el sentimiento de gran parte de nuestro pueblo.
Actuemos con la razón y la fuerza.
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Jorge Luis Perez
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