La droga cubre la faz de Europa

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La droga cubre la faz de Europa
Fecha de publicación: 
18 Noviembre 2025
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El 25 de agosto de 2023, las autoridades españolas incautaron el cargamento de cocaína más grande registrado en el país: 9,5 toneladas. La mercancía estaba escondida dentro de un contenedor lleno de bananas, procedente de Machala, Ecuador. Foto David Diaz/dpa/picture-alliance

Uw drugs hier! (¡Su droga aquí!), vocea en neerlandés un vendedor de drogas en uno de los barrios “íntimos” de Bruselas, la capital de Bélgica, no muy alejado de la sede de la Organización deI Tratado del Atlántico Norte, convertida en uno de los más importantes receptores de cocaína, proveniente mayormente de Ecuador, camuflada en las cajas de banano.

Mientras Donald Trump acumula una amplia y agresiva flota de guerra en el Caribe, hunde lanchas de presuntos narcotraficantes y amenaza indirectamente  con una agresión a Venezuela bajo el pretexto de eliminar a un gobierno molesto al que acusa de estar involucrado en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, olvida que la propia agencia estadounidense al respecto, la DEA, ha admitido que el país suramericano no tiene nada que ver con el flagelo.

Asimismo, desde diversas zonas del litoral del Pacifico se inunda de drogas a Estados Unidos, cuyos magnates de cuello blanco tienen montado un andamiaje para la distribución en todo el país.

DIVERSAS VÍAS

De los puertos de Ecuador, Colombia o Brasil a los muelles de Amberes, Valencia o Hamburgo es la principal ruta del tráfico de cocaína con destino a Europa, una de las vías más lucrativas dentro del mercado de las drogas ilícitas, que se está expandiendo y ya son pocos los puntos del Viejo Continente que no son usados como puerta de entrada para una sustancia que consume cerca de un 2% de los jóvenes europeos y que constituye un importante problema de salud pública.

Esta cifra permite intuir una intensificación preocupante del tráfico de cocaína hacía Europa, pero la opacidad, la diversificación constante y el propio carácter ilícito de la actividad hacen complicado conocer la verdadera dimensión del problema.

En una primera fase, la droga sale de las zonas productivas en Colombia, Perú o Bolivia en operaciones que implican distintos métodos de transporte y una gran variedad de rutas, entre las que se incluyen países de tránsito como Ecuador -también exportador- o Brasil.

Desde ahí, en la mayoría de ocasiones, estos cargamentos terminan viajando al continente europeo en alguno de los cientos de miles de contenedores con cargas legales que llegan a los grandes puertos de la región cada año. Un volumen inasumible de controlar al completo para las autoridades, que también tienen que lidiar con los cargamentos que se desvían a puertos más pequeños de Europa o de países vecinos.

 Y no se trata ni mucho menos de la única vía. Veleros, aviones o incluso submarinos son otras de las fórmulas usadas por el crimen organizado, cada vez más dinámico y sofisticado en sus prácticas, para introducir en el Viejo Continente la segunda droga más consumida de la región, solo por detrás del cannabis.

EE.UU. IMPLICADO

Datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) revelan cómo Estados Unidos encabeza el mercado mundial de drogas a través del tráfico que entra en su territorio por el océano Pacífico. 

En ese sentido, un material audiovisual muestra que la cocaína proveniente de Perú y Colombia es trasladada por tierra hacia Ecuador, donde es embarcada y llevada a puertos de Panamá de forma directa o vía Chile, para luego ser distribuida hacia Europa y Estados Unidos. 
 
Paralelamente, se envían desde diversos puertos del Pacífico hacia Estados Unidos y México vía marítima, mientras que, hacia Europa, es llevada a través del océano Atlántico luego de cruzar el Canal de Panamá, el puerto comercial más importante del mundo y por donde transita la mayor parte del comercio global.

La droga entra a Europa a través de múltiples rutas y métodos, incluyendo el tráfico marítimo, aéreo y subacuático. Los narcotraficantes utilizan contenedores legales para transportar drogas, pero también ocultan la cocaína en productos legales, como los plátanos ecuatorianos, para evitar ser decomisados. Los narcosubmarinos son una técnica utilizada para transportar cocaína a través del mar, que también se distribuye en pequeñas embarcaciones desde grandes puertos en Sudamérica hacia Europa.

De acuerdo con los datos del European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (EMCDDA), Bélgica y Países Bajos en diez años han multiplicado por siete y cinco el número de incautaciones en sus instalaciones portuarias, absorbido la mayor parte de los nuevos envíos y desplazado a España.

De hecho, Amberes y Róterdam fueron, con gran diferencia, los puertos europeos donde más cocaína ha entrado, en una lista donde también aparecen tres infraestructuras españolas (Valencia, Algeciras y Vigo) y otros enclaves como Hamburgo (Alemania), Livorno (Italia), Marsella (Francia), Sines (Portugal) o Flesinga (Países Bajos). 

En este sentido, el tráfico internacional de cocaína no solo supone un grave problema para los países de destino y consumo. Al principio de la cadena, zonas productivas como la cuenca del Amazonas sufren con intensidad los embates de la economía ligada a las drogas, que potencia otras actividades ilícitas como la minería ilegal, la ocupación de tierra, el tráfico de animales o la persecución y el desplazamiento de minorías y pueblos indígenas. 

En las zonas y países de tránsito, por su parte, el crimen organizado está exacerbando la inseguridad, la corrupción y la violencia incluso a nivel estatal, como ha sucedido históricamente en México o más recientemente en Ecuador, donde la tasa de homicidios per cápita se ha multiplicado por siete en los últimos cinco años.

MALA ENTRAÑA

“En lugar de ocuparse de Nigeria o Venezuela en la lucha contra las drogas y, de paso, de apoderarse de sus yacimientos petroleros, probablemente a Estados Unidos le sería más conveniente combatir este fenómeno en Bélgica", sugirió el canciller venezolano, Yván Gil, respondiendo a preguntas de los periodistas. "Más aún, allí ya hay tropas estadounidenses y otras. No será necesario perseguir barquitos con tres personas a bordo", añadió.

A comienzos de noviembre, medios informaron sobre cómo los carteles de drogas se han infiltrado en todos los ámbitos de la administración del Estado europeo, creando un sistema corrupto que amenaza las vidas de la población civil y de los funcionarios que rechazan unirse a él.

Una jueza belga denunció que las instituciones gubernamentales del país están "socavadas" por los cárteles del narco, que sobornan a funcionarios y realizan actos de violencia.

En una carta anónima publicada en el sitio web oficial del sistema judicial belga, la jueza explicó cómo los cárteles narco se han infiltrado en todas las esferas de la administración pública, creando un sistema corrupto que amenaza la vida de la población civil y de los funcionarios que no están dispuestos a unirse a él.

"Nos enfrentamos a una amenaza organizada que está socavando nuestras instituciones. Amplias estructuras mafiosas se han afianzado, convirtiéndose en una fuerza paralela que desafía no solo a la Policía, sino también al poder judicial. Las consecuencias son graves: ¿estamos convirtiéndonos en un narcoestado?", escribió.

La autora de la carta indicó que la investigación de la plataforma de comunicaciones encriptadas Sky ECC, usada por cárteles y grupos del crimen organizado, reveló una economía paralela multimillonaria y esquemas masivos de corrupción. "Organizaciones criminales sobornan a los empleados portuarios para obtener su cooperación […]. Por mover un contenedor, una tarea de diez minutos, reciben 100 000 euros (casi 116 000 dólares)", reza la carta.

La jueza destacó que la corrupción "permea las instituciones desde la base", ya que, para ocultar el tráfico de drogas a tal escala, los cárteles sobornan a trabajadores de los puertos, a aduaneros, a policías, a funcionarios judiciales y a otros representantes del poder.

Solo en el 2023 en Europa fueron incautadas 419 toneladas métricas de cocaína, 123 de ellas en Bélgica y 116 concretamente en la ciudad de Amberes. A pesar de los intentos de la Policía de frenar el narcotráfico, estas incautaciones representan solo entre el 10% y el 20% de la cantidad total de droga en circulación.

Cuando no pueden conseguir lo que quieren con dinero, los cárteles recurren a la violencia. Estas organizaciones criminales cometen asesinatos, torturas y secuestros, amenazan y agreden. El año pasado se registraron en Bruselas alrededor de 92 tiroteos, en los que nueve personas murieron y 48 resultaron heridas, y la mayoría de estos actos de violencia fueron realizados por los cárteles.

Actualmente una persona solo necesita tener unos pocos cientos de euros para encargar un ataque a una casa con bombas o armas, una intrusión en una vivienda o el secuestro de una persona. Además, el sistema judicial también es objeto de intimidación. Varios jueces de instrucción han tenido que vivir durante mucho tiempo bajo la protección constante de la Policía debido a la amenaza inmediata y tangible que pesaba sobre su persona, su familia y su hogar.

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