El Día Internacional de la Luz: ciencia, cultura y desarrollo sostenible
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El Día Internacional de la Luz se celebra cada 16 de mayo, desde que fuera proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2017. Se trata, sin dudas, de una conmemoración que pone el foco sobre la importancia de la luz para todas las esferas de la vida del ser humano.
La fecha coincide con la primera vez en que un láser fue puesto en funcionamiento. Tiene antecedentes en el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías Basadas en la Luz, que tuvo lugar en 2015. Ese año hubo colaboraciones y contactos entre líderes del sector tecnológico y científico de la luz. De acuerdo con el sitio especializado diainternacionalde.com, para mantener y fomentar dichas cooperaciones es que se propuso la institución del Día Internacional de la Luz, lo que fue aprobado unánimemente por la Conferencia General de la UNESCO.
La luz es un fenómeno proveniente de la naturaleza. Desde la antigüedad, ha constituido un objeto de estudio para científicos de todas las regiones del orbe. Incluso, su interpretación ha estado relacionada con los análisis filosóficos clásicos sobre la materia y las ideas.
Se le ha considerado unas veces partículas y otras veces ondas. Según la teoría corpuscular, los rayos luminosos están compuestos por partículas diminutas, arrojadas por los cuerpos luminosos a gran velocidad. Mientras, la teoría ondulatoria plantea que la luz emitida por una fuente está formada por ondas que se propagan en todas direcciones a través de un medio denominado éter.
Tradicionalmente, se ha identificado el inicio de la óptica moderna con la publicación de “El discurso del método”, en 1637, por René Descartes. Los avances continuaron hasta que, en el último tercio del siglo XIX, según la Revista Brasileña de Enseñanza de la Física, “la formulación matemática de Maxwell de los fenómenos electromagnéticos descritos por sus predecesores supuso para la electricidad, el magnetismo y la luz una síntesis”. De este modo, a partir de los aportes del científico escocés Maxwell, una parcela de la física, hasta entonces independiente, la óptica, quedó en cierta medida englobada en el electromagnetismo.
La luz representa una fuente de energía que permite el desarrollo del mundo vivo. Gracias al proceso de fotosíntesis, es captada por las plantas y convertida en energía metabólicamente utilizable, dando lugar a biomoléculas que sirven de nutrientes a los animales. Por eso, la luz deviene una variable fundamental para las investigaciones de ecología.
Estudiar la luz ha sido una vía para descifrar los misterios científicos vinculados al origen del universo. Sin los avances en el conocimiento teórico de este campo, habría sido imposible el desarrollo tecnológico al que asistimos hoy en áreas como las telecomunicaciones, la medicina, la agricultura, las energías, el transporte y hasta la protección del patrimonio cultural. A su vez, la luz ha tenido una repercusión relevante en las artes visuales y escénicas y ha sido fuente de inspiración para la literatura y las ideas.
Naciones Unidas ha identificado como un reto que la luz sea un bien posible para todos los habitantes del planeta. De ahí que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles se relacione con este tema.
El Día Internacional de la Luz nos recuerda que este fenómeno natural es un elemento esencial para la vida, la cultura y el progreso humano. Su estudio ha permitido enormes avances tecnológicos y sigue siendo clave para comprender el universo y mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
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