El 30 en Brasil: ¿Habrá esperanza?

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El 30 en Brasil: ¿Habrá esperanza?
Fecha de publicación: 
12 Octubre 2022
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El expresidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva (izquierda) y el actual presidente, Jair Bolsonaro (derecha) en una imagen combinada. © France 24

Si usted se guía por los “sesudos” análisis de la prensa europea, sobretodo la alemana, y algunos de la “objetiva” norteamericana, el ultraderechista presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, será reelegido en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, legislativas y regionales el próximo día 30, porque, coinciden, ya tiene el impulso necesario y el aunamiento de una fuerte base.

Cierto que Messias logró muchos más votos de lo esperado y pronosticado por encuestas, que sí acertaron en el porcentaje otorgado al bien llamado candidato de la esperanza, Luiz Inacio Lula da Silva.

Al final de la primera ronda del sufragio el 2 de octubre, Lula alcanzó un 48,43% de la preferencia del electorado (57 millones 258 115 votos), seguido por Bolsonaro, quien recibió 43,20% (51 millones 072 345).

Ninguno de los aspirantes al poder logró en ese primer pleito la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación brasileña para ser electo.

Ciro Gomes, ocupante del cuarto puesto, le ofreció su apoyo para la segunda vuelta, pero antes lo había hecho Simone Tebet, de la tercera posición, quien tiene más afinidades con Lula, por lo que, si todo parece como debe ser, habrá un nuevo presidente en Brasil.

Con cinco puntos de desventaja, la reacción está segura que puede lograr la victoria, y ahora no cuestiona al tribunal electoral, ni amenaza con golpe de Estado, aunque si se ha mantenido el asesinato de partidarios del candidato de la izquierda, quien, como todos no debemos olvidar, no fue presidente en el 2018, al ser encarcelado injustamente, con el fin de que Jair lo fuera.

La ultraderecha confía en la efectividad de toda una gama de pastores pentecostales que llegan a los estratos más pobres para convencerlos de que vote por el mandatario, “porque –mienten- si gana Lula, cerrará los templos”; en la presión que ejercen mandos militares enquistados en el gobierno, y figuras populares, muchas de ellas artistas y futbolistas de fama, como Neymar y Rivaldo, afrobrasileños, para hacer reelegir a un individuo que detestó -y detesta- públicamente a negros, mujeres, homosexuales e indígenas.

El Partido Liberal, el de Bolsonaro, ha logrado una gran representación en el Parlamento, convirtiéndose en la primera fuerza minoritaria, pero el de Lula, de los Trabajadores, no se queda muy atrás y tiene el apoyo en esta segunda vuelta de gobernadores y senadores de 18 de los 27 estados, además de los ya mencionados Tebet y Gomes.

Como de costumbre, y esto no lo comentan los sesudos analistas, hay mucho dinero a repartir para los más pobres, esos que tienen el dogal en el cuello, por aquellos que hacen valer la frase “hijos del maltrato”.

Y es que, en Brasil, el cuarto país exportador de alimentos en el mundo, la mitad de la población pasa necesidades y 33 millones no tienen nada para comer, por lo que mendigan y hurgan en las sobras de quienes tienen.

Asimismo, se quiere ocultar que, entre muchos males, Bolsonaro es el principal responsable de que el COVID-19 haya matado a más de 600 000 brasileños, así como de la destrucción de parte de la Amazonia, el bien llamado pulmón del planeta.

 

 

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