Corruptas golpistas fracasan en Guatemala

Manifestaciones masivas como no se veían desde hace años en Ciudad de Guatemala y otras urbes del país centroamericano han hecho fracasar la intentona golpista de elementos corruptos contra la candidatura de Bernardo Arévalo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 20 de agosto venidero.

Las demostraciones han sido aún más compactas desde el viernes, y su repercusión ha hecho que la otra aspirante a la presidencia, Sandra Torres, conservadora, suspendiera su campaña, indicando que la renovaría cuando Semilla, el partido de Arévalo, recuperara su personalidad jurídica.

En esto ha tenido que ver mucho la Fiscalía guatemalteca, apoyada por parte de la judicatura y algunos elementos del Tribunal Supremo Electoral, en tanto, la población movilizada ha demandado la dimisión de la fiscal general Consuelo Porras y del jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad Rafael Culichiche. 

Hasta medios nada sospechosos de progresistas han admitido que han habido muchas chapucerías en la conjura contra Semilla, que ha comprendido diferentes etapas:

A última hora del miércoles, un fiscal federal anunció que el partido de Arévalo había sido suspendido por presunta violación de las leyes electorales. 

El jueves por la mañana, los fiscales allanaron las oficinas del Tribunal Supremo Electoral horas después de que éste certificara los resultados electorales que situaban a Arévalo en la segunda vuelta. 

En una conferencia de prensa el viernes, el fiscal especial anticorrupción Rafael Culichiche defendió su investigación como seria, objetiva e imparcial. Pero horas antes de ese mismo viernes, la Fiscalía General dijo en un comunicado que estaba cumpliendo con su deber de hacer cumplir las leyes del país y que no estaba tratando de interferir en la segunda ronda de votación ni de impedir que ningún candidato participara en la segunda vuelta.

Así, el Tribunal Constitucional, máxima instancia judicial del país, asestó otro golpe a la administración de Giammattei, al acceder a la solicitud del Movimiento Semilla de una medida cautelar contra su suspensión. Eso rebajó rápidamente, aunque de forma temporal, las tensiones. 

RECORDATORIO

Como se sabe, la primera vuelta de las elecciones de junio terminó con un giro inesperado, cuando el poco conocido candidato progresista Bernardo Arévalo, del partido Movimiento Semilla, se situó como favorito. 

Como se puede apreciar, Arévalo, que se enfrentará en agosto a la candidata conservadora y más votada, Sandra Torres, ha logrado hasta ahora sobrevivir a los ataques judiciales y a los intentos de la clase política guatemalteca de descalificar a su partido.

Inmediatamente de conocidos los resultados, se instauró una campaña desde los sectores del poder, los partidos que respaldan el actual gobierno de Alejandro Giammattei, grandes empresarios, sectores militares vinculados al genocidio realizado durante los más de 30 años de guerra condenados por graves violaciones a los derechos humanos, dirigentes políticos acusados o condenados por graves hechos de corrupción y sectores del crimen organizado, conglomerado conocido popularmente como el “Pacto de Corruptos”, para desconocer el resultado y, a la vez, una intensa campaña de desacreditación y acoso contra Bernardo Arévalo y su candidatura.

Sin embargo, las diversas acciones consideradas como un “golpe de Estado técnico”, han sido revertidas.

Y en ello las masivas movilizaciones antigolpistas han sido un muy buen freno.