El humo y las llamas se elevan sobre los suburbios del sur de Beirut, capital libanesa, después de un bombardeo israelí, 3 de octubre de 2024. Foto: Reuters
Este tipo de bombas están prohibidas internacionalmente en virtud de la Convención de Ginebra de 1980 y el “ejército” asesino viola sin reparos estas disposiciones humanitarias con todo el conocimiento sobre el peligro que representa para la salud humana.