Un brazo robótico extra, como ayuda adicional

Un brazo robótico extra, como ayuda adicional en las actividades diarias y en las tareas más difíciles.

El escenario abandona ahora la ciencia ficción para adentrarse en el mundo de lo posible, gracias al estudio del italiano Silvestro Micera, de la Politécnica Federal de Lausana en Suiza y de la Scuola Superiore Sant'Anna de Pisa.

El estudio fue presentado en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), prevista en Washington D.C..

La investigación tiene como objetivo abordar los desafíos tanto técnicos como cognitivos que implicaría la posibilidad de controlar un tercer brazo portátil, gracias a los electrodos implantados en el sistema nervioso.

Silvestro Micera es conocido por ser el primero, en 2013, en devolverle el sentido del tacto a un amputado gracias a una mano biónica.

Esta tecnología se basaba en proporcionar respuestas sensoriales a través de electrodos implantados quirúrgicamente en los nervios principales del brazo del paciente.

Pronto se utilizará para restaurar otras funciones motoras y sensoriales en casos de lesión medular y accidente cerebrovascular.

Ahora, sin embargo, el investigador italiano también comienza a explorar la posibilidad de aumentar y extender el cuerpo humano, gracias a tecnologías portátiles y electrodos implantados con técnicas no invasivas.

“La investigación sobre el control de tres brazos podría ayudarnos a comprender cómo se logra el aprendizaje en las actividades de la vida diaria”, explicó Micera. 

“Pero estos dispositivos también podrían usarse en logística, por ejemplo, para facilitar tareas complicadas”, añadió el investigador.

Los desafíos no atañen sólo al aspecto tecnológico, sino sobre todo al cognitivo: si no es fácil aprender a usar un brazo robótico para reemplazar una extremidad perdida, sería mucho más complejo para un sujeto sano poder hacerlo y controlar un brazo adicional.