Terminó la emergencia sanitaria mundial: un final sin sonrisas
especiales
Foto: captura de pantalla france24.com
Aunque la COVID-19 sigue siendo una amenaza para la salud en el planeta, la OMS anunció que terminaba la emergencia sanitaria mundial, una pesadilla de la que somos sobrevivientes.
A pesar de resultar cierto alivio, no es alegría lo que se siente mientras la vista queda detenida en el titular.
Y es que entre las letras van asomando muchos rostros de los que no pudieron conocer de esta noticia: los rostros y el recuerdo de cubanos que no pudieron ganarle a la Covid-19, y la espeluznante cifra de unos 20 millones de habitantes de este planeta que tampoco lo lograron.
Por eso, no es una sensación de triunfo lo sentido, y más si se considera cómo ha quedado el mundo luego de más de mil 200 días bajo emergencia sanitaria a partir de que el 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara emergencia de salud pública de importancia internacional y menos de dos meses después, el 11 de marzo, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunciara que la entonces “nueva enfermedad” podía caracterizarse como una pandemia .
Foto: Internet
Acabó la emergencia, no su impacto
La pandemia ha sido mucho más que una crisis sanitaria mundial y así lo evidencia la economía en las más diversas latitudes: desde altos niveles inflacionarios, incremento desenfrenado de los precios de los alimentos, hasta crisis bancarias como las de EE.UU. y Europa, con inevitables efectos de dominó.
Y la recuperación económica no parece avistarse a corto plazo, tanto es así que se estima un crecimiento global máximo de solo un tres por ciento durante el siguiente quinquenio.
Silicon Valley Bank colapsó el pasado 16 de marzo. Foto: tomada de cnnespanol.cnn.com
En el mundo del trabajo la Pandemia ha dejado igual hondas cicatrices a partir del aumento del desempleo y el subempleo, los cierres y quiebras de empresas, en particular las micro, pequeñas y medianas empresas; y las pérdidas de ingresos procedentes del salario, sobre todo en los países donde estos ingresos son medianos y bajos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo ha constatado junto a otros impactos, y todo ello ha derivado en una agudización de la pobreza, de las desigualdades de género, económicas y sociales.
A la vez, la pandemia ha dejado también su oscura huella en los ámbitos ecológico, tecnológico y digital, así como en el panorama demográfico.
Los servicios públicos se han deteriorado asimismo a consecuencia de la pandemia, en especial los de salud y educación. En cuanto a esta última y concentrando solo la atención en América Latina y el Caribe, la covid-19 acentuó la baja calidad, las desigualdades y la exclusión social en los sistemas educativos en esa región, que ya llevaban tales pesos antes de desatarse la crisis sanitaria.
Foto: Unesco
La pandemia modificó las formas de vida introduciendo incertidumbres, aumento del consumo de alcohol y de drogas ilícitas, miedos, soledades y aislamiento social que, sin duda, han también han dejado huellas en la salud mental traducidas en ansiedad, estrés, depresiones, así como intentos suicidas y suicidios.
Un informe de la OMS sobre las consecuencias de la COVID-19 en la salud mental, fechado en marzo del año pasado, así lo suscribía y señalaba que la pandemia de COVID-19 había aumentando en un 25% la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo.
Foto: tomada de prevencionintegral.com
La amenaza sanitaria no ha acabado
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, lo recordaba al dar a conocer el fin de la emergencia sanitaria mundial: esto no significa que la enfermedad "haya terminado como amenaza sanitaria mundial".
Confirma dicha precisión la espeluznante estadística de al menos una muerte cada tres minutos a consecuencias de la Covid-19, precisamente en la semana en que tuvo lugar el anuncio de la OMS.
"Este virus llegó para quedarse. Sigue matando y sigue cambiando. Sigue existiendo el riesgo de que surjan nuevas variantes que provoquen nuevos aumentos de casos y muertes", alertaba el doctor Tedros y añadí que, de ser necesario, no dudaría en convocar a otro Comité de Emergencia en caso de que la enfermedad una vez más pusiera al mundo en peligro.
Foto: tomada de laopiniondemalaga.es
De ahí que nada más absurdo que desmantelar las distintas estrategias y previsiones tomadas por los países, desestimando el riesgo aun vigente del SARS-CoV-2, ese ente microscópico que puso al mundo patas arriba, evidenciando aún más las desigualdades y también cuánto puede lograrse a partir de la voluntad política de los gobiernos de la mano de la ciencia y con la solidaridad internacional.
Foto: Abel Padrón Padilla
La pandemia ha sido una amarga lección, pero lección al fin, y el mundo debería aprovechar sus enseñanzas.
Añadir nuevo comentario