Sin rumbo, la oposición demócrata contra Trump
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Bernie Sanders, congresista independiente por Vermont, durante un evento de la gira Combatiendo la Oligarquía, en la Universidad de Arizona. Foto: Ap
Líderes y legisladores del Partido Demócrata enfrentaron la ira de sus bases esta semana cuando regresaron a sus distritos, con votantes exigiendo que cumplan su papel de oposición, así como la destitución de la cúpula de esa fuerza política, e interrogando a sus representantes electos sobre su hasta ahora débil e inefectivo contrapeso a las políticas del presidente Donald Trump.
Ante el asalto contra la burocracia federal, programas de asistencia para pobres, las escuelas, la salud pública y los que se atreven a protestar y manifestarse, el liderazgo del partido de oposición, el Demócrata, es notable por su silencio y subordinación. De hecho, parecen estar siguiendo la recomendación del legendario estratega del partido, James Carville: "date la vuelta y hazte el muerto", con la idea de que Trump y sus aliados se autodestruirán, aunque algunos legisladores claves, como el senador socialista democrático Bernie Sanders y la diputada Alexandria Ocasio-Cortez, entre otros, están rechazando esa estrategia.
En foros públicos convocados por parlamentarios en sus distritos esta semana, buena parte de la ira de las bases se dirigió contra el líder de la minoría en el Senado, Charles Schumer, y otros nueve de sus correligionarios que decidieron votar a favor del proyecto de ley republicano que recortó 13 mil millones de dólares en fondos para programas de alimento, salud y transporte para los pobres mientras incrementa el gasto militar y permite que Trump continúe con la reducción del gasto federal y desmantela partes del gobierno federal. "¡No están luchando!", gritó una mujer demócrata a dos congresistas en un foro en Washington esta semana, y agregó: "¡Estamos sufriendo!"
Votantes demócratas expresan su rechazo a las acciones de republicano, pero también contra sus representantes electos dado su fracaso en responder más firme y de manera efectiva, que aparentemente tomó por sorpresa a los legisladores demócratas, reportó Politico.
En Maryland, por ejemplo, una empleada federal recién cesada encaró a su legislador: “no me hables de los tribunales ni de la próxima elección… yo vine aquí para averiguar qué está haciendo mi diputado” ante la guillotina de Trump.
En foros en Arizona, Oregon, Vermont y otros estados, una constante fue la demanda de los votantes de que los demócratas descarten al senador Schumer, líder de bancada en el Senado y el demócrata más poderoso en Washington, y poner en su lugar a alguien "con ganas de luchar".
Schumer, desde su decisión táctica de apoyar, y con ello aprobar el proyecto de ley del presupuesto republicano, ha tenido que defender su decisión, explicando que con minorías en ambas cámaras del Congreso no tienen con que frenar todo esto, y debaten cuándo y cómo podrían intentar ralentizar la ofensiva política de Trump y su Partido Republicano.
Mucho jadeo
Schumer comentó en una entrevista que sigue buscando dialogar con sus contrapartes republicanos, pero que habrá que esperar a que las tasas de aprobación de Trump bajen más del 48 por ciento actual a un 40 para negociar. Agregó, en entrevista con The New York Times, que "hablo con ellos (los republicanos) en el gimnasio. Cuando estás sobre esa bici en shorts, jadeando, muchas de las inhibiciones se desvanecen". Los cómicos no dejaron que esa afirmación pasara sin un poco de, pues, jadeo.
Más aún, el titubeo, las respuestas tibias y justificaciones de la cúpula demócrata están teniendo costos políticos cada vez más altos para la supuesta oposición electoral. La tasa de aprobación del Partido Demócrata se ha desplomado más de 20 puntos, desde la contienda en la que ganó Trump, a su nivel más bajo en la historia, de acuerdo con una encuesta de CNN: 29 por ciento; mientras NBC News confirma esa noticia, con 27 por ciento.
La resistencia
Ante este estancamiento del "partido de oposición", disidentes progresistas demócratas de perfil nacional están encontrando apoyo alrededor del país, encabezados ahora por el veterano senador y ex candidato presidencial Sanders quien, a sus 83 años, sigue siendo uno de los políticos más populares.
Sanders reitera que esta crisis no se trata sólo de Schumer, sino de toda la cúpula de la fuerza política. "Tienes un Partido Demócrata dominado por la clase multimillonaria, administrado por consultores que están muy despegados de la realidad. Carece del apoyo de las bases", declaró en entrevista con CNN. Repitió su frase provocadora que usó primero para diagnosticar la derrota electoral en la última elección: "No debe sorprender que un Partido Demócrata que ha abandonado a la gente trabajadora se encuentre con que la clase trabajadora los ha abandonando a ellos".
Desde hace un mes, Sanders realiza una gira que bautizó "Contra la oligarquía", en la que miles de estadunidenses inconformes con su gobierno han llenado arenas en pueblos y ciudades, muchos en estados que fueron ganados por republicanos; en mítines enfocados en confrontar las políticas para beneficiar a los más ricos y reducciones en programas de salud, vivienda, educación y otras necesidades sociales.
En Tempe, Arizona, este miércoles, Sanders fue acompañado por Ocasio-Cortez.
Hablando ante un podio con un lema de "lucha contra la oligarquía", la congresista sostuvo: "Nos aventarán todas las etiquetas y acusaciones a fin de mantenernos distraídos porque lo último que quieren es que nos demos cuenta de que la verdadera división en este país está entre los que están en el pico más arriba con su avaricia interminable a costa de las vidas de todos los demás".
No soy marxista, soy ciudadana común
Subrayó su mensaje: "No creo en la atención de salud, derechos laborales y dignidad humana por ser marxista (la etiqueta con que la derecha la ataca), lo creo porque fui mesera, porque trabajé doble turno para mantener prendidas las luces y porque en mi peor día, sé lo que se siente ser dejada atrás. Sé que no tenemos que vivir así".
La diputada federal progresista Ilhan Omar fue aún más severa en otro foro en su estado de Minnesotta esta semana: "Tenemos gente que quiere que llevemos un cuchillo a un tiroteo y que no se están levantando para enfrentar este momento".
Ninguno de estos legisladores disidentes están llamando explícitamente, y por nombre, a un cambio en la cúpula del partido. Y el comité ejecutivo del instituto, poco después de la elección de Trump, rechazó la oportunidad de elegir a alguien como Faiz Shakir –aliado de Sanders y su ex jefe de campaña– y prefirió a un político moderado. Así, aunque hay un mensaje clarísimo de sus bases y de algunas de las figuras más populares que exige un cambio y nueva dirección para enfrentar la amenaza de la derecha, la cúpula del partido de oposición no parece haber aprendido de una derrota cuyas resultados están poniendo en riesgo lo que queda de la democracia en su país.
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