Robot guiado por IA para reconstruir frescos de Pompeya
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Probado un prototipo que reensambla miles de fragmentos de las obras en los tecos de algunas de las casas dañadas por la erupción del 79 dC.
Un robot, guiado por inteligencia artificial, puede reconstruir los frescos de Pompeya, reducidos a cientos de fragmentos.
El prototipo se probó con éxito en el Parque Arqueológico de Pompeya como parte del proyecto de investigación "RePAIR", acrónimo de "Reconstruyendo el Pasado: Inteligencia Artificial y Robótica al Índice del Patrimonio Cultural", financiado por la Unión Europea.
Este proyecto demuestra que la robótica y la inteligencia artificial podrían facilitar el trabajo de los arqueólogos en el futuro.
La investigación se centró en dos ejemplos de grandes frescos que forman parte del patrimonio cultural mundial y se encuentran en estado fragmentario, conservados en los almacenes del Parque Arqueológico de Pompeya.
Se trata de los frescos del techo de las salas de la Casa de los Pintores en Acción en la Ínsula de los Castos Amantes, dañados durante la erupción del año 79 d.C. y posteriormente destrozados por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y los frescos de la Schola Armaturarum, dañados por el derrumbe del edificio en 2010 y aún parcialmente sin restaurar.
Iniciado en septiembre de 2021, el proyecto fue coordinado por la Universidad Ca' Foscari de Venecia e involucró a universidades e institutos de investigación de Europa e Italia, incluyendo el Instituto Italiano de Tecnología (IIT) y el Parque Arqueológico de Pompeya, el campo de aplicación experimental del proyecto.
Marcello Pelillo, profesor de la Universidad Ca' Foscari de Venecia y coordinador del proyecto, explica: "Tras adquirir y digitalizar las imágenes de cada fragmento, el sistema intenta resolver el rompecabezas, y la solución encontrada se envía a la plataforma de hardware, que, mediante dos brazos robóticos equipados con manos suaves, coloca automáticamente los fragmentos en la posición deseada. Es un rompecabezas extremadamente complejo, compuesto por cientos o miles de fragmentos, a menudo desgastados o gravemente dañados, sin saber de antemano cuál será el resultado final. Lo que falta, por así decirlo, es la imagen en la caja para guiar el trabajo".
Ese no es el único desafío.
"Las piezas recuperadas a menudo representan solo una parte de la obra original, lo que inevitablemente deja grandes o numerosas lagunas en la reconstrucción. La procedencia real complica aún más el proceso, ya que los fragmentos, aunque pertenecen a obras diferentes, suelen estar mezclados. Para abordar este formidable problema, empleamos sofisticadas técnicas de inteligencia artificial y creamos una interfaz que permite a los arqueólogos comunicarse con el sistema", agregó.
"Es un enorme reto reensamblar una masa tan grande de fragmentos, como los dañados durante el bombardeo de Pompeya en 1943. Esto debería ser posible gracias a la forma y decoración únicas de cada elemento. Pero ningún ser humano podría hacerlo solo. Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial, que nos ayuda a abordar la complejidad de los materiales arqueológicos y que desempeñará un papel fundamental en la arqueología del futuro", explicó Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico.












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