¿Qué les duele a las zombies?
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La violación de Inés marcó una diferencia muy notable en su carácter, así como en sus relaciones sociales. Foto: Página de Facebook Calendario Serie
Llega al aula con la mirada perdida, evita el contacto con los que antes eran sus amigos y recaen sobre ella burlas constantes. Esa Inés que vimos en la primera temporada de Calendario, se esfumó. La amarga vivencia que marcó su trayectoria, llega a la pantalla para visibilizar una violencia latente. La actriz Anabel Arencibia comenta sobre su experiencia en la piel de Inés:
-¿Cómo fue la preparación de esta segunda etapa?
–De los personajes que he hecho durante mi corta carrera como actriz, este es el que más ha requerido de mi preparación y estudio. A diferencia de la primera temporada de Calendario, tuve que despejarme de mí y encarnar la piel de una persona con una situación muy compleja.
Acudí a referentes visuales en primera instancia: obras de cine que tienen la violación como conflicto principal. Con imágenes crudas pude entender lo que pasa por la mente de alguien que ha sufrido este tipo de violencia. Tuve asesoría del Centro Nacional de Educación Sexual y a raíz de ello pude buscarle un hilo al personaje. Ciertamente hay que estar en el pellejo para saber qué tipo de reacciones se pueden tener. Es demasiado oscuro.
-Inés, la zombi…
-La comparación está dada porque, tanto en dibujos animados, como en películas, se ha mostrado a los zombis como seres sin luz, de ritmo muy lento, con rostro triste y desganado; vagan por la vida y ni siquiera se sabe si logran expresarse, no se les entiende lo que dicen.
Con sentimientos escondidos, sumergida en sí misma; no sabe cómo expresar lo que tiene guardado dentro. Su vista cambió, su actitud, esa adolescente activa y risueña que era antes. Es una Inés opaca: así son los zombis.
-¿Hasta qué punto fue determinante el acercamiento entre Amalia y Anabel?
-Quiero hacer un señalamiento importante: a pesar de que había pasado un año y ella estaba totalmente distinta, las personas que la rodeaban no se aproximaron en ningún momento para indagar en la causa de su cambio radical.
Fue relevante el acercamiento definitivo de su amiga Anabel, que prefirió encararla, llegar a su casa sin avisar y buscar algún tipo de excusa para sacarla, aun sin saber qué le había sucedido. Después de tanto tiempo, Anabel fue aquella persona en la que ella tal vez encontró la manera de desconectar, sin imaginarse que una vez que acompañara a su amiga a casa de Amalia, iba a suceder el encuentro con el violador.
La reacción que tuvo Inés fue evidente. Su profesora Amalia, que siempre ha sido esa persona inmersa en los problemas de los alumnos, comenzó a sospechar. Inés no iba a hablar con nadie, había que acercarse a ella. Estaba totalmente cerrada, bloqueada, con un montón de pensamientos negativos.
Anabel y Amalia fueron quienes le hicieron romper la barrera; luego el personaje empieza a florecer un poco más.
-¿El caso de Inés en las redes sociales?
Cuando Natalia hace público el problema de Inés, ella se sintió totalmente avergonzada. Es muy duro para las personas que han pasado por una situación así, sacarlo a la luz de esa manera. Aterra, de repente, ser el centro de atención de una escuela completa.
Inés estuvo de acuerdo después, al ver la reacción de los muchachos del grupo y las posteriores consecuencias para la imagen de Marcel. Sola no hubiese podido “hacer justicia” y vio esta alternativa como una venganza. Todavía le resulta difícil, no quiere ir a la policía, pero pasará en algún momento porque eso no se puede quedar así.
-Calendario: la serie idónea…
Calendario es un espacio que ven muchísimas personas de todas las edades y géneros. Estos son temas muy delicados, con una sensibilidad fuerte, nada mejor que hacerlos visibles en un programa tan popular.
Uno de los éxitos de la serie ha sido que toca tanto los temas complejos como los más ligeros de una manera que identifica a la audiencia. El caso de Inés no debe estar oculto porque el mundo no es color de rosas y sí suceden a menudo ese tipo de cosas, incluso, peores. Hay que hacerlas saber.
-Un mensaje para las Inés…
Solo puedo decir que hay más vida y personas que están para ayudarnos: confiar en nuestra familia y amigos, que tal vez sean la solución para romper el silencio. ¿Hay que llorar? Sí, desahoga muchísimo, y aunque no se llegue nunca a superar del todo, por lo menos podemos quitarnos un pedacito de dolor sabiendo que la justicia existe.
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