Por poco apagan la bujía Arencibia
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Una entrevista realizada por Ronald Suárez Rivas al pinareño Juan Carlos Arencibia, la bujía actual de los Vegueros según el periodista, revela que por poco apagan esa bujía cuando, a pesar de mostrar condiciones, el entonces aprendiz de pelotero, con doce años de edad, sufrió un duro golpe sobre sus sueños porque “no fue escogido por su baja estatura para pasar a la Escuela de Iniciación Deportiva”, como se dice en este texto publicado en Granma el 16 de abril del presente año.
No es el primero ni el último hecho fustigador del democrático movimiento deportivo cubano, en la base y en la cima. Ante ellos, la prensa ha publicado que niños como Maradona y la Pulga, debido a su físico, si caían en las garras de algunos seleccionadores "miopes", no tendrían cabida en equipos, escuelas, torneos… Ejemplos dolorosos sobran:
A Ana Fidelia la llamaron la Gordita y algunos quisieron eliminarla de la contienda atlética. Roberto Balado fue otro gordito en el que no creyeron, y debió ganarse su puesto entre los grandes a voluntad, coraje, dedicación y hasta colándose en la llamada finca de los boxeadores. ¿Y qué me dicen de Alfredo Despaigne? Si no salen en su salvación los entrenadores granmenses, después de la negativa del centro santiaguero, nos hubiéramos quedado sin sus jonrones.
María Caridad tampoco tuvo una acogida feliz al llegar a la capital, y no faltó mucho para que la devolvieran sin la jabalina en la mano hacia Barracos, a ver si daba algo en el tenis de mesa, su disciplina inicial. Era demasiado delgada para triunfar como lanzadora, según algunos sabios. A Juantorena lo habían excluido por baja calidad técnica en el baloncesto, donde lo había puesto equivocadamente. Lo rescataron para el atletismo, para el deporte, para su felicidad, los entrenadores Cheo Salazar y Eneas Muñoz que le descubrieron las cualidades de corredor.
Orlando Martínez y Teófilo Stevenson no entusiasmaban a todos inicialmente; las dudas sobre ellos los laceraron. La visión de Chervonenko ayudó a despejarlas. La labor de ambos también. Tampoco fue monedita de oro por su raro estilo de pelea, aunque efectivo, Alfredo Duvergel, el Pulpo: plata olímpica, oro Mundial. Más reciente: no hubo confianza unánime de incluir en nuestra delegación a Tokio 2021 al púgil Rosniel Iglesias. A Serguei Torres intentaron sacarlo de la canoa debido a su “descenso”. De imponerse esas ideas desacertadas, perderíamos dos galardones dorados.
Vuelvo a Arencibia. No se dejó ganar por esa injusticia. Se dedicó a estudiar. En el corazón, claro, le brincaban los deseos de competir. Mas "...no sería después de concluir la Licenciatura en Cultura Física que volvería a tomarse en serio como atleta”, nos dice Ronald, quien no oculta el fracaso de su entrevistado al debutar en la Serie 51.
Este torpedero, ahora con 36 años, no cejó. Entrenó más y mejor. Logró retornar en la 55 y, como plantea el reportero: “Desde entonces se ha convertido en el dueño del campo corto del conjunto de Vuelta Abajo, con números cada vez sólidos y un estilo muy peculiar de juego, que le ha ganado la simpatía de los aficionados”.
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