Paralímpicos de Tokio: Los dioses de la velocidad en el cielo y… ¡Omara Durand en la Tierra!

Paralímpicos de Tokio: Los dioses de la velocidad en el cielo y… ¡Omara Durand en la Tierra!
Fecha de publicación: 
2 Septiembre 2021
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Imagen principal: 
Séptimo título de Omara en citas paralímpicas, quinto fraguado junto a Yuniol Kindelán. Foto: olympics.com.

Había que despertarse temprano, ella, la extrapolación terrenal de los Dioses de la Tierra, había agradecido en cada parlamento el respaldo del pueblo de Cuba, entonces el pueblo de Cuba no podía permitirse abandonarla en la final de los 100 metros categoría T12. No a Omara Durand Elías, no a la mujer más rápida que haya visto una pista en el entorno de atletas con discapacidad.

La obra de arte atlética estampada por Omara con 11.49 segundos, el segundo crono más rápido de todos los tiempos tenía detalles adicionales: al hecho de haber tenido que disputar tres carreras en ese segmento, con previos 11.70 en preliminares y 11.59 en la semifinal, se adicionó una pertinaz llovizna en el Estadio Olímpico, que amenazaba con sacar de concentración o jugarle una mala pasada a alguno de los campeones de la vida en concurso.

Sì, porque la ucraniana Oksana Boturchuk (12.03 plateados-marca de la temporada), y la china Yanfen Liang (12.51-bronce) igualmente son reinas del esfuerzo, como también la dominicana Darlenys de la Cruz (12.53), la cuarta finalista.

Omara y Yuniol sencillamente estaban determinados a hacer lo suyo, con un empaste perfecto, como si llevaran toda una vida asidos cual “siameses” a esa pequeñita cuerda en forma de ocho que une sus manos y los pone a devorar metros, como si aquel temor de fusionarse en 2015 cuando Miriam Ferrer avizoró la nrecesidad de colocarle un guía lo hubiesen extirpado de raíz desde la primera carrera oficial juntos…

 

Detalles

Así se comportaron desde que salieron al corredor de la presentación, con porte, elegancia, y ese cojunto tricolor que representa nuestra bandera. Omara lleva a Cuba en cada zancada, no lo duden, es portaestandarte de la inclusión y de un principio de concederle igualdad de oportunidades a todos los que amen al deporte y quieran “soñar en grande” a través de este.

Así caminaron, con la confianza de los eternos al bloque de arrancada, se colocaron en posición de largar, brazos, piernas, mentes, conexión, cada miembro y neurona en función de devorar los 100 metros y reencontrarse con la gloria.  

La arrancada evidenció ese nivel supremo de empaste, Omara reaccionó en 0.173 milésimas de segundo, y Yuniol, a tono con lo reglamentado en 0.191. Luego el capitalino y otrora corredor convencional de 400 metros la dejó abrir sus turbinas y prácticamente volar. Sí, porque su paso apenas se hace sentir sobre el corcho sintético de las pistas, es un romance sutil, como si del pincel de Servando Cabrera describiendo cada una de esas líneas mágicas se tratase.

Así fueron llegando a su horizonte dorado, con tres presentaciones del hectómetro en las cuales fueron eslabonando topes de campaña, hasta saberse campeones. Omara venció en solitario en el hectómetro de Londres 2012 con 12 flatt; cuatro años más tarde en Río llevó el écord mundial absoluto junto a Yuniol hasta 11.40. Ahora ratifica su iningualable condición con 11.49 imponentes, que añade a su estela de más de una década imbatile.

Tiene más para ambicionar. En menos de 24 horas largará en las semifinales de los 200 metros, su sexta carrera en tierras del Sol Naciente, otro examen para ella, Yuniol y Miriam, un tridente soñado. Ericka está feliz, de seguro también maddrugó para admirar otra hazaña de su mami.

Cuba toda la lleva en su lado izquierdo, el mundo atlético, estupefacto no tiene más que reverenciarla, Boturchuk, cual Ryza Kayaalp en la lucha, anhela con todas sus fuerzas que la santiaguera de 29 abriles se retire, y, los dioses, de manera incuestionabbles ya le reservaron un palco de privilegio en el Olimpo deportivo.

 

Ulicer Aguilera: superación y vergüenza deportiva dardo en mano

 

Siempre se aspira a lo ideal, a materializar nuestros mejores rendimientos en la competencia fundamental del año. A luchar, aunque las preseas se nos escapen de las manos, a veces por margen mínimo, por coronar el esfuerzo de interminables sesiones de entrenamiento, de estar distanciados de la familia, de días, meses, años, lidiando con una disciplina estricta y las mismas rutinas.

Ese sacrificio en Tokio tuvo otro nombre antillano, el de Ulicer Aguilera, quien llevó la jabalina hasta 59.89 metros para ubicarse cuartto en la clase F13 (videntes con campo visual entre cinco y 20 grados).

En dos ocasiones Ulicer, de 31 años de edad, natural de Banes y discípulo pródigo de la otrora estelar Xiomara Rivero, mejoró sus registros personales como parte de una secuencia que lo vio lanzar (59.83-53.47-56.10-53.46-59.89-52.90), con las secuelas de la lluvia importunando la carrera de impulso y el agarre del dardo; y luchando contra oponentes de mucho mayor aval y kilometraje.

Cualquiera de sus dos mejores registros le hubiese valido para coronar en América, pues en los Parapanamericanos de Lima 2019 se impuso con 59.12. De hecho sus 59.89 de Tokio emergieron como tope de América.

Aguilera repitió su cuarto escaño del  Campeonato Mundial de Dubai, ahora a la escolta del británico Daniel Pembroke (69.52-plusmarca paralímpica), el sorpresivo iraní Alí Pirouj (64.30 en su último envío y mejor marca personal), y el español Héctor Cabrera (61.13).

Xiomara debe estar experimentando en este instante una mezcla de regocijo y resignación. Difícil encrucijada, sus dos discípulos lograron sus mejores registros de por vida, pero ambos estuvieron signados por el número cuatro en la capital nipona.

Recordemos que antes de Aguilera, el camagüeyano de 26 abriles Guillermo Varona (F46), con disparo de 63.30 metros que también constituyeron tope de América, recaló en idéntica posición.

El atletismo aupa a Cuba en el medallero de los Juegos. Acreedores de todos los metales de la comitiva antillana, nos sitúan en el lugar 33 del medallero (3-1-1) liderado por China (77-46-44). A Omara y Yuniol, Yankiel, Leinier, y Leonardo… ¡gracias infinitas! Como también el agradecimiento y aplauso a cada uno de nuestros competidores, pues la entrega y capacidad para reponerse a diario y enfrentar la vida con sus embates, bien merece el metal de nuestra gratitud perenne.

 

Ulicer patentó una excelente competencia con dos récords para América. Foto: Tomada de Jit.

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