Otoño de amarillos y poesía

Otoño de amarillos y poesía
Fecha de publicación: 
14 Octubre 2023
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Fotografía tomada de https://pixabay.com

El otoño es la estación del año que, en el hemisferio norte, comienza a finales de septiembre y termina con el Solsticio de invierno en diciembre. En Cuba, aunque no significa un cambio drástico de las fuertes temperaturas de verano, sí se nota una leve disminución, unas veces más imperceptible, de ese sofoco que vivimos tan frecuentemente. Pero sí, los días empiezan a ser más cortos, las noches en exteriores refrescan, incluso se sienten más tranquilas las calles, menos ajetreo y más silencios.

Hasta me parece una temporada romántica porque en ocasiones llueve o permanece nublado y el olor a petricor junto a ese matiz menos brillante es muy bonito, como lo son también esas imágenes de otras latitudes que me hacen soñar con campos coloridos por montones de hojas amarillas en el suelo.

Para mí esa postal es lo más simbólico del otoño: grandes arboledas que van cambiando sus tonos de verde a ocre y rojizo, y que en sus bases se crean colchones sonoros por el crujir de las hojas. Me imagino, entonces, caminando por el bosque de Bolonia, en París, Francia, al borde del Lago Inferior que pintara Félix Vallotton hace ya cien años; o por un canal de Delf, en Países Bajos, inmortalizado por Henri Le Sidaner también a inicios del siglo pasado.

El español Santiago Rusiñol, el neerlandés Vincent van Gogh, o el francés Claude Monet, muchos son los artistas de la plástica que han encontrado inspiración en este periodo de transición entre el verano y el invierno, temporada de nostalgias, chocolate caliente, cambios, la antesala de los próximos meses fríos. Bueno, esto último es bastante variable, pero sin dudas disminuyen las marcas en los termómetros, incluso en esta isla del Caribe, cuando más hacia el norte el panorama es mucho más marcado con nieve, noches heladas y poco sol.

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Imagen tomada de https://wahooart.com, El lago en los bosques de Boulogne, óleo sobre lienzo realizado por Félix Vallotton en 1921.

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Imagen tomada de https://epdlp.com, Canal en Delft, óleo sobre lienzo realizado por Henri Le Sidaner en 1905.

El otoño también es señal para que los animales se preparen para las bajas temperaturas, para que algunos emigren, otros se dispongan a hibernar. Es por eso que suele ser común ver grandes masas de peces buscando aguas templadas antes de quedar congelados, al tiempo que bandadas de aves de todo tipo vuelan en sentido contrario para volver en primavera cuando sea idóneo para sus cuerpecillos.

Sin embargo, no todo es bueno. Los alérgicos comenzamos con síntomas que nos hacen prevenir lo que vendrá en forma de crisis respiratorias, gripes y otras afecciones colaterales. Pero, como ya sabemos que se trata de una condición que nunca cambiará para bien y con ella debemos vivir, podemos adelantarnos, aprovisionarnos y medicarnos oportunamente. Para ello el otoño es la llamada de alerta.

Volviendo a ese espectáculo visual y sensorial que no es más que un regalo de la naturaleza, resaltamos que también los poetas lo han descrito con ese aire de melancolía que a veces se siente en las tardes plácidas otoñales —sobre todo en aquellos países donde es más evidente— y que invita a refugiarse en casa y casi a hacer ejercicios de introspección, o a reflexionar sobre nuestra existencia.

Les compartimos tres fragmentos de tres poemas, todos titulados Otoño:

El español Premio Nobel de Literatura en 1956, Juan Ramón Jiménez, escribió Esparce octubre, al blando movimiento / del sur, las hojas áureas y las rojas, / y, en la caída clara de sus hojas, / se lleva al infinito el pensamiento (…).

Por su parte el escritor uruguayo Mario Benedetti dijo Aprovechemos el otoño / antes de que el invierno nos escombre / enfrentemos a codazos en la franja del sol / y admiremos a los pájaros que emigran (…).

Mientras, el mexicano Premio Nobel de Literatura en 1990, Octavio Paz, expresó En llamas, en otoños incendiados, / arde a veces mi corazón, / puro y solo. El viento lo despierta, / toca su centro y lo suspende / en luz que sonríe para nadie: / ¡cuánta belleza suelta! (…).

Y así, como ellos que hablan tanto de lo natural como de lo abstracto, de lo que ven y sienten como el amor, extensa es la lista de quienes han visto en esta estación del año una motivación para desplegar sus dotes y ponerse a crear. El otoño no es solo una invitación para aprovechar el clima tanto al aire libre cuando se pueda o en casa en días lluviosos, es momento para disfrutar del paisaje, la quietud, y todo aquello que nos ofrezca placeres.

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