OPINIÓN: Encuestas son encuestas, pero…

Aunque aún no es el candidato oficial demócrata, todas las encuestas favorecen a Joe Biden para derrotar a Donald Trump en las elecciones presidenciales señaladas para noviembre venidero, aunque hace cuatro años algo similar ocurría con Hillary Clinton, quien fue vencida por el hoy presidente gracias a los votos electorales, que ofrecen los estados por separado, porque en los populares la derrotada lo superó en cerca de tres millones.

Solo entre la población blanca Trump tiene una ventaja de apenas cuatro puntos, por lo que se espera que tratará de inventar algo truculento- parecido al ataque a las Torres Gemelas o alguna nueva agresión a un país más pequeño, por supuesto- para revertir la caída de su popularidad por el mal manejo de la epidemia del coronavirus Covd-19, cuyo centro principal de contagio es precisamente Estados Unidos.

Biden es el candidato demócrata más temido por Trump, quien trató de enredarlo a él y a su hijo en un inventado affaire en Ucrania, para lo cual utilizó el chantaje de la no concesión de préstamos a su par del país europeo.
Además, Biden cuenta con el apoyo de Bernie Sanders, con ideas realmente progresistas, y al ex presidente Barack Obama, además de prometer que su compañera de fórmula sería una mujer, por lo cual muchos especulan que podría ser Michelle, la esposa de Barack.

Conocemos que una cosa es la promesa y otra el cumplimiento, y así ha pasado con los anteriores presidentes, pero Biden se ha rodeado de asesores que pudieran ayudarlo en cuestiones necesarias para aliviar a una sociedad enferma, donde la desigualdad es cada vez mayor y se birla la justicia por los poderosos de siempre.

Además, tiene un programa de trabajo muy completo, donde recoge propuestas de su ex rival Sanders sobre cuestiones sociales, como en la salud y educación, y el cambio climático, renglón que con anterioridad se le había criticado por no haberlo observado.

Al contrario de Trump, es partidario del aislamiento y del cuidado a toda la población, sin privilegios, ante la actual pandemia, su programa sobre el cambio climático merece atención, en contraposición al abandono del mandatario, quien sólo Trump complace a quienes lo sostienen.

Para abordar el cambio climático, propone una inversión de 1,7 billones de dólares y pretende lograr un 100 por ciento de energía limpia para el año 2050, usando en parte los ingresos de revertir un recorte de impuestos a las empresas realizado inconsultamente por Tremp.

Un asesor de campaña dijo a Reuters el mes pasado que Biden buscaba un “término medio” que complaciera a los ecologistas sin molestar a los votantes obreros que llevaron al poder a Donald Trump en el 2016.
“Hago un llamado para una Revolución de la Energía Limpia para enfrentar esta crisis y hacer lo que Estados Unidos hace mejor: resolver grandes problemas con grandes ideas”, dijo Biden en un video en redes sociales, en el que dijo que sus propuestas irían “mucho más allá” de las políticas que se aplicaron durante el gobierno del expresidente Barack Obama, y que Trump echó abajo.

"Estamos enfrentando una emergencia climática y debemos tomar medidas drásticas ya. Por eso, hoy, estoy anunciando mi plan para una Revolución de Energía Limpia y Justicia Ambiental", alertó.

Posibilidades de vencer las tiene por las muchas pifias de Trump, siempre hábil en engaños, en su conocimiento de que el elector norteamericano, cuando decide ejercer tal derecho, lo hace generalmente por su bolsillo. Pero quizás esta vez las encuestas vayan por el camino correcto y, conociendo que no se puede confiar mucho en cada presidente norteamericano, sea electo el menos malo.