El secretario general de la ONU, António Guterres, decidió enviar a Sudán al coordinador de ayuda de emergencia del organismo en vista del rápido deterioro de la crisis humanitaria en el país africano a causa de los recientes enfrentamientos armados.

La escala y la velocidad de lo que se está desarrollando la crisis no tiene precedentes en Sudán, dijo el portavoz de Guterres, Stephane Dujarric, a través de un comunicado.

También agregó que la ONU está preocupada por el impacto inmediato a corto y largo plazo de los enfrentamientos entre el Ejército y el grupo rebelde Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en todos los sudaneses y en la región.

En el comunicado, el funcionario de la ONU reiteró el llamado a las partes enfrentadas a respetar el cese de hostilidades para permitir la atención y protección a la población civil, a los trabajadores del organismo y al personal médico.

Por su parte el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, afirmó en un comunicado que desde el inicio de los enfrentamientos en Sudán, la situación en el país está llegando a un punto de ruptura.

Griffiths informó que viaja al país africano para intentar brindar ayuda y alivio a los millones de personas "cuyas vidas se han puesto patas para arriba de la noche a la mañana".

"Sin embargo, la solución obvia a esta crisis es detener los enfrentamientos", advirtió el jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Los enfrentamientos continúan en la capital Jartum, mientras que el ejército y los rebeldes anunciaron el domingo la prórroga de una tregua poco respetada pero que permitió la evacuación de los extranjeros y continuar las negociaciones.

Según la ONU, al menos 75.000 desplazados internos y hasta 270.000 personas podrían huir de los combates en 12 de los 18 estados de Sudán.

De acuerdo al Ministerio de Salud del país africano los enfrentamientos han dejado más de 500 muertos y más de 4.000 heridos, aunque la ONU ha señalado que la cifra de fallecidos y lesionados es mucho mayor.