Niña de 11 años se salvó de la masacre de Florida fingiendo estar muerta
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El sheriff Grady Judd es conocido por su "estilo sin filtros" para hablar con la prensa.
“Es el demonio hecho carne. Es un animal rabioso”, dijo Judd sobre Bryan Rylie, el exmarine de 33 años que entró en una casa en North Socrum Loop Road y disparó a quemarropa a Justice Gleason, de 40 años; a su novia Theresa Lanham, de 33; a su hijo de 3 meses, Jody; y a la abuela del bebé, Catherine Delgado, de 62 años.
Rylie también mató al perro de la familia y disparó a una niña de 11 años que seguía consciente en el piso después de haber recibido varios tiros, pero que sobrevivió fingiendo estar muerta, como reporta la cadena local de televisión Fox 13 Tampa Bay.
"Ella dijo: ‘Me hice la muerta y recé", declaró el sheriff. La niña permanece ingresada en el Hospital General de Tampa donde, según su familia, donde pasará varios meses. Ha sido sometida ya a al menos cuatro cirugías.
Riley se rindió el domingo por la mañana y salió con las manos arriba de la casa, después de un tiroteo con las autoridades, que incluso usaron un vehículo blindado en el enfrentamiento. Fue llevado enseguida a la cárcel del condado de Polk, donde permanece detenido sin fianza, acusado con cuatro cargos de asesinato en primer grado y siete cargos de intento de asesinato en primer grado de un agente de la ley.
La estación Fox 13 reporta que la policía cree que Riley sufre una enfermedad mental y que estaba drogado con metanfetaminas en el momento del tiroteo. Su novia contó que él llevaba semanas diciendo que podía comunicarse directamente con Dios.
Durante la rueda de prensa del domingo, Judd también llamó “cobarde” a Riley. “Es fácil disparar a niños y bebés inocentes y a gente en medio de la noche cuando tú tienes el arma y ellos no", declaró.
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