Las anclas de los barcos están dañando el ecosistema marino en la Antártida
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Un estudio publicado en Frontiers in Conservation Science documenta por primera vez los graves daños que provocan las anclas de los barcos en el fondo marino de la Antártida, afectando severamente ecosistemas extremadamente frágiles y antiguos. La investigación, llevada a cabo por la organización Kolossal NGO, con sede en Venice, California, fue dirigida por el científico Matthew Mulrennan, quien advierte que en las zonas afectadas “casi no queda vida marina”.
Las imágenes obtenidas muestran alteraciones visibles del lecho marino, con surcos, zanjas y depósitos de sedimentos causados por el arrastre de cadenas y anclas. La investigación se enfocó en lugares como Yankee Harbour, donde se observaron colonias de esponjas aplastadas, pérdida de biodiversidad y estructuras marinas destruidas, incluyendo esponjas volcánicas gigantes que podrían tener hasta 15.000 años de antigüedad.
Durante la temporada turística 2022-2023, más de 70.000 visitantes llegaron a la Antártida en 70 embarcaciones, y se contabilizaron al menos 195 barcos —entre turísticos, científicos, pesqueros y yates— fondeando en aguas poco profundas de hasta 82,5 metros. Solo en marzo de 2023, ocho embarcaciones en Yankee Harbour afectaron unos 1.600 metros de fondo marino.
La vida marina antártica, que incluye estrellas de mar antárticas, esponjas y corales blandos, tiene un crecimiento extremadamente lento y puede tardar más de un siglo en recuperarse de este tipo de daños. Los científicos subrayan que, pese a las regulaciones estrictas para la conservación del continente, el fondeo de barcos sigue prácticamente sin regulación.
Kolossal NGO compara el impacto de las anclas con el de la pesca de arrastre, una de las prácticas más destructivas para el fondo oceánico. Mulrennan afirma que “el fondeo es probablemente el problema de conservación marina más ignorado a nivel global”.
Ante esta situación, los expertos proponen implementar medidas como zonas de fondeo designadas, sistemas de posicionamiento dinámico, áreas protegidas sin anclaje, amarres permanentes y un mejor seguimiento de las actividades de fondeo. Con el aumento del turismo y la reducción del hielo marino por el cambio climático, el estudio alerta sobre la pérdida irreversible de ecosistemas milenarios si no se actúa de forma urgente.
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