La sábila, una planta de “gran poder”

La sábila, una planta de “gran poder”
Fecha de publicación: 
16 Agosto 2020
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  Cuentan que Aristóteles la recomendó a Alejandro Magno para la curación
de los soldados heridos en batalla,  Nefertitis y Cleopatra la usaron para
realzar su belleza y la NASA la eligió entre muchas, por su capacidad de
absorber  toxinas y radiaciones nocivas.
    Y es que así es de amplio el “poder” de la sábila o planta de
Aloe, como se le conoce en otras latitudes, perteneciente a la familia de
las liláceas y oriunda de África, con más de 250 variedades.
    Se asegura que su uso en la medicina data del año 3500 A.C., en tanto
una recopilación de datos curiosos contenida en páginas digitales, expone
que los científicos aún no encuentran su ingrediente mágico y más bien
opinan que al parecer  es la sinergia existente entre todos sus componentes
lo que le da el poder de curar.
    Los indios americanos la emplearon como remedio para malestares del
sistema digestivo, y también como crema abrillantadora y acondicionadora
del cabello.
    En muchos sitios se le considera como protectora y portadora de buena
suerte, de ahí que su uso esté extendido en América del Sur, México y
América Central, donde suele ser colocada en lugares de paso, para detectar
y absorber la energía extraña o negativa de las visitas.
    Los musulmanes la consideran un símbolo religioso, y es muy frecuente
su empleo  en  rituales, por su gran poder energético, mientras  aseguran
publicaciones digitales que se puede comparar con el poder del diamante en
el mundo mineral.
     Añaden, que es costumbre poner un lazo de color rojo en el Aloe vera,
cuando se invoca al amor, y un lazo de color verde, cuando se invoca a la
suerte y también se cuelgan por la raíz, detrás de la puerta de entrada
de la casa, para protegerla de males externos. En cambio, en su sentido
místico, se le atribuye el poder de purificar el alma.
   Entre sus tantas cualidades demostradas, contiene seis agentes
antisépticos que penetran fácilmente en la piel y los tejidos; el gel de
aloe  resulta un eficaz cicatrizante, al aumentar el correcto entrelazado de
las fibras de colágeno sobre la zona lesionada debido a la regeneración
celular y tisular promovida por las glicoproteínas, entre otros factores.
   Resalta además la sábila, por disolver los depósitos grasos que
obstruyen los poros y provocan acné, por sus propiedades
anticancerígenas, sobre todo en los sarcomas blandos, pues el acemanano,
una sustancia contenida en la planta, reduce el crecimiento del tumor y
puede producir su regresión.
   Regenerador cutáneo, fortalecedor del cabello, antinflamatorio,
preventivo en casos  de infecciones virales respiratorias, como gripe,
resfriados y laringitis, se añaden a las cualidades curativas de la especie
vegetal.
    En su amplio abanico de favorecimientos a la salud humana, se incluye a
su vez su poder para regenerar las células, calmar todo tipo de dolor,
disminuir los niveles de glucosa en sangre  y destructor de muchos tipos de
virus.
   Y tras conocer buena parte del alcance de esta planta,  seguramente
coincidirán en que más allá de su gran poder, resulta casi
“milagrosa”; no por gusto en Cuba, es fácil encontrarla además de en
parcelas con otras especies medicinales, en jardines, en una maceta de
cualquier azotea, terrazas  o en  el sitio menos sospechado, pero siempre al
alcance de todos.

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