Juego de las Estrellas con novedades

El Juego de las Estrellas de este año traerá varias novedades, según se anunció en las últimas horas, atendiendo a los criterios recogidos hace unos meses por la Comisión Nacional de Béisbol en recorrido por todo el país.

Ciertamente el formato tradicional de Occidentales y Orientales, más allá de la estadística y el orgullo regionalista que entraña, no ofrece mucho al espectáculo, y puede incluso afectar a algún equipo que se esté jugando la clasificación al hacer trabajar a un lanzador previsto en su rotación o por la ocurrencia de alguna lesión, como ha ocurrido varias veces.

Estos últimos aspectos seguirán estando sobre la mesa, pero quizás el motivacional gane con la propuesta de confeccionar las nóminas Estrellas del Presente contra las del Futuro.

Evidentemente es un gran estímulo para aquellos peloteros menores de 23 años que muestran un buen rendimiento, y no todos van a poder llegar a la preselección nacional.

De todas maneras, se explicó que se trata de una prueba, y en dependencia de los resultados, podría repetirse la experiencia en años venideros. Personalmente creo que es válida la fórmula, y me parece que lo que cansa es la rutina, por lo que cada cierto tiempo es bueno variar el Juego.

Pero esta no será la única novedad, pues se propone incluir en las pruebas de habilidades, que a veces son más atractivas que el Juego mismo, la del toque de bola y el doble play, que veremos cómo se traducen en la práctica.

Igualmente, el plato fuerte de la jornada sabatina, el derbi de cuadrangulares, aumenta a ocho participantes, cuatro por cada equipo, que intentarán mandar pelotas más allá de las cercas durante tres minutos, y los dos jugadores que más jonrones conecten, serán los protagonistas de la final.

Aquí no sé si la propuesta es la mejor, porque no tenemos muchos jonroneros entre los sub-23 y se puede quedar fuera algún buen toletero con edad superior, pero no quiero poner el parche antes del hueco.

Lo más importante es que esta fiesta, desgraciadamente sin público, sea apreciada por los aficionados en la caliente Santiago, que se ganó merecidamente el derecho de acogerla.