El fiscal general de Estados Unidos (EE.UU.), Merrick Garland, informó este jueves que fueron imputados cuatro policías y exagentes por violar los derechos civiles de Breonna Taylor, afroamericana que fue asesinada en su apartamento de Louisville, Kentucky, en 2020.

Garland indicó que la acusación de los agentes se basa en delitos contra los derechos civiles, conspiración ilegal, declaraciones falsas, abuso de la fuerza y obstrucción de la justicia.

Breonna Taylor, de 26 años, y su novio, Kenneth Walker, dormían en su apartamento cuando en la medianoche del 13 de marzo de 2020 escucharon un ruido en la puerta, y al pensar que era un asaltante, Kenneth Walker respondió con un arma hiriendo a un agente de la policía, mientras que estos respondieron con más de 30 disparos.

La justicia local había determinado solo la acusación de uno de los agentes Brett Hankison, y no precisamente por la ejecución de Breonna Taylor, sino por poner en peligrosidad a su vecino.

Dicho agente fue absuelto en marzo lo que generó nuevas protestas de movimientos antirracistas en Estados Unidos, entre ellos el colectivo Black Lives Matter, quien también había pedido justicia por el asesinato de George Floyd, un hombre afrodescendiente asfixiado por un policía blanco.

Este hecho demuestra el racismo estructural en Estados Unidos, de acuerdo a lo que plantean organizaciones antirracistas, así como la brutalidad policial en dicha nación.

El fiscal Merrick Garland afirmó que tres de los policías -Joshua Jaynes, de 45 años, Kyle Meany, de 35 y Kelly Goodlett-, se involucraron en la falsificación de una orden de allanamiento.

Asimismo, Garland precisó que los oficiales también “tomaron medidas para encubrir su conducta ilegal después de matar a Taylor”, y agregó que mintieron al Buró Federal de Investigación (FBI).