Hollywood apoya Black Lives Matter, pero necesita diversidad
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En esta imagen difundida por Netflix, de izquierda a derecha, el director Spike Lee, con miembros del elenco de su película “Da 5 Bloods”, Isiah Whitlock, Jr., Delroy Lindo, Jonathan Majors, Clarke Peters y Norm Lewis. (David Lee/Netflix vía AP)
A medida que las protestas estallaron en Estados Unidos tras la muerte de George Floyd, todas las grandes compañías de entretenimiento en Hollywood emitieron declaraciones en apoyo a la comunidad negra.
Pero así de unánime como fue esa muestra de solidaridad, también quedó claro que no era una lucha que Hollywood pudiera ver desde las gradas. Como lo demostró el debate por “Gone With the Wind” (“Lo que el viento se llevó”), la industria cinematográfica tiene un pasado, y un presente, sobre el cual reflexionar. En una protesta reciente en Los Angeles organizada por importantes agencias de talento, el actor Michael B. Jordan llevó el foco a las sedes de los estudios a su alrededor.
“¿Dónde está el reto de comprometerse con contrataciones de personal negro? Contenido negro encabezado por ejecutivos negros, consultores negros”, dijo Jordan. “¿Están vigilando nuestra narrativa también?”
El historial de inclusión y diversidad en Hollywood ha mejorado en años recientes, pero todavía está rezagado con respecto a la población estadounidense, en particular en sus filas ejecutivas. (Es más fácil, Spike Lee ha bromeado, tener un presidente negro que un director de estudio negro). Las declaraciones y donaciones están bien y son buenas, pero los estudios de Hollywood y las empresas de producción pueden pronunciarse de una manera más fuerte al aprobar películas diversas y reexaminar quiénes se encargan de aprobarlas.
“Esta es una oportunidad de oro para que Hollywood se mire en el espejo y decida de qué lado de la historia quiere estar”, dijo Darnell Hunt, decano de ciencias sociales en la Universidad de California, Los Angeles.
El reporte anual de diversidad en Hollywood de la UCLA muestra un aumento notable en papeles protagónicos en las películas más populares de los últimos años. Los investigadores afirman que la diversidad es buena en términos monetarios. La gente de color, según datos estadísticos, suele comprar más de la mitad de los boletos para las películas más taquilleras.
Pero Hunt también ha detectado que el cambio no ha sido sistemático. Cerca del 93% de los ejecutivos más prominentes en los estudios más grandes y medianos son blancos y el 80% son hombres. Hunt ha definido cinco puntos de estrategia para un progreso más significativo, desde la base.
“Cada institución en nuestra sociedad que no está ayudando a erradicar el problema es cómplice hasta cierto punto. Yo diría que Hollywood está en el centro de eso”, dijo Hunt. “Cuando tienes una industria estructurada alrededor de hombres blancos en control, esto resuena con la supremacía blanca en el centro de las críticas a la vigilancia policial en este momento”.
Hace cinco años, luego que los Premios de la Academia nominaran exclusivamente a actores blancos, el hashtag #OscarsSoWhite (#OscarTanBlanco) se convirtió en un grito de protesta. La industria y la academia han cambiado desde entonces, pero no ha ocurrido de la noche a la mañana. En los Oscar de este año la película sudcoreana “Parasite” (“Parásitos”) hizo historia para las cintas en lengua no inglesa, pero entre los actores nominados sólo hubo una actriz de color.
Ahora, en un momento decisivo para la raza en Estados Unidos, algunos líderes en la industria consideran que se deben tomar medidas más enérgicas. La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas dijo la semana pasada que establecerá nuevos estándares de inclusión para la elegibilidad al Oscar. Hunt, quien ha sido consultado para esa iniciativa, dijo que eso podría aplicar tanto a la diversidad de películas individuales como al récord de inclusión de la distribución en general.
El Sindicato de Guionistas de Estados Unidos para la Costa Oeste, en una carta abierta de su Comité de Guionistas Negros dirigida a los líderes de la industria, exigió acción, no palabras.
“O se comprometen a un nuevo sistema institucionalizado de responsabilidad con y para guionistas negros, o demuestran que están montando otro acto estratégico de mérito, considerado necesario para sobrevivir estos tiempos”, dice la misiva.
El debate, recientemente exacerbado por “Lo que el viento se llevó”, sólo resaltó lo que está en juego.
Tras la presión de cineastas que incluyen al productor de “12 Years a Slave” (“12 años esclavo”) John Ridley, HBO Max retiró temporalmente el clásico de 1939. La cinta más taquillera de todos los tiempos pese a su retrato idealizado de la esclavitud antes de la Guerra Civil en el sur del país es parte de un legado innoble de Hollywood que data desde “The Birth of a Nation” (“El nacimiento de una nación”). Cuando “Lo que el viento se llevó” regrese al servicio, la presentadora de Turner Classic Movie Jacqueline Stewart la contextualizará.
“Podemos ver con ‘Lo que el viento se llevó’ cuán profundamente el conocimiento de la gente sobre la historia estadounidense ha sido modelado por estas piezas de entretenimiento populares”, dijo Stewart. “Esto nos obliga a confrontar las raíces del racismo en nuestro país y pensar en el papel que los medios han desempeñado al moldear nuestro entendimiento de la raza”.
Películas recientes como “Selma” de Ava DuVernay, “Mudbound” (“Mudbound: El color de la guerra”) de Dee Rees y la recién estrenada “Da 5 Bloods” (“5 sangres”) de Spike Lee han buscado corregir el modo en que la historia es representada en el cine. Y hay más en camino. Desde que comenzaron las protestas, se han anunciado varios proyectos documentales sobre la masacre racial de Tulsa, incluyendo uno producido por LeBron James.
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