Historias de Coronavirus: As olímpico en combate crucial

Historias de Coronavirus: As olímpico en combate crucial
Fecha de publicación: 
3 Abril 2020
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Confiamos en que Borrero salga airoso de este combate contra la Covid-19 y enrumbe a Tokio en pos de su segundo cetro olímpico. Foto: United World Wrestling

El Inder publicó una nota oficial confirmando a Borrero como paciente de Coronavirus, además del voleibolista Javier Ernesto Jiménez Scull, dado ya de alta médica por cierto, el árbitro de judo William Rosquet Rivero, la profesora de la Escuela de Remos de Varadero Isora Apuín Fiallo y la fisioterapeuta del Instituto de Medicina del Deporte Milena Rodríguez Peña.

Asimismo explicaron que hasta el 30 de marzo ascendían a 121 los exponentes del sector internados para la vigilancia indicada a personas llegadas desde el exterior o convertidas en contactos de casos confirmados.

El seguimiento clínico-epidemiológico establecido para los arribados a Cuba o quienes constituyen contactos ha demandado que también estén hospitalizados los luchadores Lianna de la Caridad Montero Herrera, Ángel Ernesto Pacheco Romero, Daniel Gregorich Hechavarría y Luis Alberto Orta Sánchez, así como la pentatleta Leydi Laura Moya Mollinedo.

Además de otros que se someten a aislamiento restrictivo como los representantes de canotaje, con los que ya tuvimos la posibilidad de entrevistarnos vía electrónica.

Un duelo letal por la salud

De vuelta a Borrero, en este instante libra uno de sus combates más cruentos. Se trata de uno por la salud. Pese a la excelente condición física que poseen, tanto él, como la totalidad de nuestros atletas de la pirámide del alto rendimiento, y más aún los 253 preseleccionados olímpicos, no se puede descuidad ni un ápice, ni dejar que el virus lo presione, o lo lleve a “zona de pasividad”.

El indómito al parecer contrajo la enfermedad durante su estancia en Ottawa, Canadá, sede del Campeonato Panamericano de Lucha y del Preolímpico de las Américas.

En el primero de estos certámenes Borrero demostró su endemoniada imbatibilidad, al resolver sus cuatro pleitos por superioridad técnica, incluido el 11-2 final sobre el mexicano Diego Alberto Martínez de Leija. Allí en definitiva se lució con 37 puntos favorables y únicamente esos dos en contra.

Luego en el Preolímpico no incursionó, pues ya atesoraba el boleto a Tokio desde la cita mundialista de 2019, donde se coronó por segunda oportunidad.

Pero Borrero sabe que este adversario tiene otras características.

Lo promulgó con respeto su compañero de equipo el librista Alejandro Valdés (65), también lo hizo, asegurando sentirse bien y asintomática Lienna. Por esas paradojas del destino, dos días antes la pentatleta Moya había emitido un mensaje de confianza y precauciones al resto del movimiento deportivo y al pueblo cubano en general.

Un gladiador despiadado, con más de 780 000 casos confirmados en 180 países y con una tasa de mortalidad de 4.73% al momento de redactar estas líneas.

 ¿Alguna vez hemos atestiguado a un luchador de tamaño poder devastador?

Ni Aleksandr Karelim, ni Mijaín López, las japonesas Kaori Icho o Yoshida, las mayores leyendas de la lucha universal, han rendido a tantos oponentes de naciones diferentes en la arena.

Toca entonces extremar los cuidados, pues aunque falte más de un año para que se descorran las cortinas de Tokio el 23 de julio de 2021, lo ideal es que todos nuestros efectivos, los que libran la batalla campal contra el Coronavirus, como los que no, lleguen en óptima forma deportiva a la magna cita.

La preocupación creciente se aplacó en cierta medida en mi interior. Sobre todo por el hecho de saber que en este combate Borrero tiene en su esquina, al mejor colectivo técnico posible: nuestros profesionales de la salud, esos que cada noche a las 9:00 p.m., justo cuando suena el cañonazo, reciben los aplausos de gratitud de millones de cubanos y de seres humanos en todas las latitudes.

Tiene además el apoyo incondicional de sus compañeros de equipo, de todo nuestro movimiento deportivo, y de un pueblo que viste su armadura, levanta su adarga y embiste molinos con el escudo del humanismo y la solidaridad en cualquier pelea que libre.

Toca ahora recuperarse, a él y a todos los otros pacientes. Aprovechar este descanso activo para  muchos para fortalecer otras variables de índole psicológica, profundizar en el estudio de contrarios, replantearse estrategias y métodos de preparación…

Todo en función de alcanzar el pico máximo de rendimiento hacia el verano del 2021.

Confiamos en que Borrero pueda aplicarle esa letal técnica de presa dos brazos-un brazo a la Covid-19, que una vez más imponga su sobrada calidad y que este enemigo no encare en el colchón, el cuadrilátero, las pistas, el tatami, los circuitos naúticos o cualquier otro escenario competitivo a los que ya irrumpió sin ser invitado, a ningún otro deportista antillano o de cualquier latitud.

Realmente este deseo es extensivo a cualquier persona más allá del deporte.

Porque, el amor, en tiempos de Coronavirus, es una necesidad irreductible para emerger airosos.

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