Historias de Coronavirus: Lucha, poderío y cruzada olímpica (I)

Historias de Coronavirus: Lucha, poderío y cruzada olímpica (I)
Fecha de publicación: 
5 Junio 2020
0
Imagen principal: 
Borrero constituye después de Mijaín, la carta dorada más sólida de la lucha cubana. Foto: United World Wrestling.

Día X de la cuarentena, para ser exactos en cifra cercana o superior a los 70. Llevo la cuenta milimétricamente como si estuviese poseído por Robinson Crusoe.

Lo cierto es que en todo este tiempo muchos han sido los pensamientos, análisis, teoría de las probabilidades aplicadas. Los que me conocen saben que soy un paciente adicto al deporte, de esos que no se pueden desintoxicar así se pasen un cuatrienio en “rehabilitación”…

Justamente más que eso he esperado desde que cayó el telón de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Entonces, la lucha y el boxeo llevaron la voz cantante. En la arena nuestros gladiadores sacaron dos oros y una plata, aupados por el fenomenal Mijaín López (greco-130 kg), y sus compañeros de estilo Ismael Borrero (59 kg-oro), y Yasmany Lugo (98 kg-plata).

Mi espera por una razón de poderío devastador y nombre Coronavirus se ha visto forzada a prolongarse por un año más. Tiempo en el que nuestros luchadores combaten a diario en casa para no distanciarse de la forma deportiva exhibida en el preolímpico de Ottawa, Canadá; donde una decena de efectivos obtuvo su visado a la cita bajo los cinco aros de Tokio, para redondear la cifra momentáneamente a 12.

Y digo momentáneamente porque hay gladiadores como Reineris Andreu (57kg) y Yurieski Torreblanca (86) que tienen posibilidades de hacer el grado en el torneo repesca global. Y en un peldaño menor, pero apostando a su talento, pudiera llevarse a la titular universal juvenil  Milaimis de la Caridad Marín (76).

Lo cierto es que tanto ellos, como los restantes miembros de nuestra armada, transforman sus respectivos hogares en mini-centros de entrenamiento, hasta tanto la pandemia no permita el retorno a las actividades de forma natural. Aunque para ser exactos, creo que será una normalidad pautada por algunos cambios.

Dejavú y cadena de eslabones dorados

La vida dicta el camino o nos coloca dejavús que son imposibles de borrar con el paso del tiempo. Recuerdo la ceremonia inaugural de Barcelona 1992 y al “Rey Héctor”, entonces sencillamente Héctor Milián, con su imponente figura de 100 kg en calidad de abanderado de la delegación cubana.

El propio Milián en una conversación años después me confirmó que ya por el año 2000, cuando Mijaín comenzó a compartir entrenamientos, previo a una herencia de legado clásico, cerraba la pinza para el desbalance muy, pero que muy duro.

Ese Mijaín al que le hemos visto sostener la bandera y encabezar comitivas antillanas en disímiles citas multideportivas, incluidas las olimpiadas desde Beijing 2008.y es que el gigante de ébano de herradura tiene una amplitud en la extensión de sus brazos y unas manos que talmente pareciera puede sostener un país sobre sus hombros.

El dejavú nos ha colocado frente a un reinado que Mijaín pretende extender a cuatro ediciones de citas bajo los cinco aros, lo cual materializaría en el umbral de los 39 años.

No importa si el gladiador pinareño no aparece en el ranking de los 130 kg del estilo clásico. Sus rivales no pueden conciliar bien el sueño desde que anunció que buscaría su cuarto cetro a sangre y fuego. Ni el turco Riza Kayaalp al frente del escalafón (72 ptos), ni ningún otro rival, que de mayor o menor envergadura sabe que si el gigante de ébano se halla en su lado del organigrama, prácticamente deberá despedirse de los colchones nipones.

Tal es el legado de los gladiadores súper completos antillanos, que Oscar Pino (3ro-40 unidades), y Ángel Pacheco (13-18), igualmente aparecen bien posicionados en el listado divisional del orbe.

Pino por cierto, doble medallista universal y capaz de gestionarle la clasificación a Mijaín, su mentor y compañero en la arena.

Por suerte, ambos tuvieron como escenario preparatorio adicional, la presencia en la exigente Bundesliga alemana.

Volvemos a la ciudad condal. El Rey Héctor y Alejandro Pjuerto (57 kg del estilo libre) iniciaron la estela dorada cubana en magnas justas multideportivas. Una cadena de sólidos eslabones que no se ha visto trunca o quebrada desde entonces.

A ellos le sucedió Filiberto Azcuy (greco, 74 y 69 kg en Atlanta 1996 y Sydney 2000) por ese orden; Yandro Quintana (libre, 60 kg, Atenas 2004); y desde entonces a la fecha, el implacable Mijaín López, sin importar rivales de mucho peso como el ruso Khazan Baroev, el estonio Heiki Nabi, o el propio Kayaalp, quien todavía repasa una y otra vez el descomunal volteo recibido de manos de Mijaín como aperitivo de su combate en Río 2016…

La salsa clásica en Tokio

Raúl Trujillo, Filiberto Azcuy,  Carlos Ulacia, “El Moro”, Mario Olivera, y el resto del colectivo técnico del estilo grecorromano seguramente diseñan estrategias, estudian huesos más duros para cada uno de sus discípulos y rectoran los entrenamientos domésticos de sus pupilos, con el mayor deseo de emular o superar el botín alcanzado por ellos en la Ciudad Maravillosa.

Con legión completa inscrita haremos una pequeña radiografía de la situación actual de los nuestros y reales posibilidades, con el margen de error que pudiera permitirse este cronista:

60 kg:

Comanda las acciones el japonés Kenichiro Fumita (78 rayas). Velocidad, condición física envidiable, técnica efectiva y empuje en el combate arriba caracterizan a este gladiador. Por América el colombiano Dichter  Toro es el referente más puntual que poseemos (escaño 12-18ptos). Lo digo porque nuestro representante, que debe ser Luis Alberto Orta, no aparece entre los 20 primeros de su categoría, pero como dato alentador tenemos que ha vencido en más de una ocasión tanto a Dichter, como a cualquier otro adversario a este lado del Atlántico.

67 kg:

Aquí el santiaguero Ismael Borrero es una pesadilla para cualquier oponente. Puntero con autoridad (80 ptos), lo precede su condición de as universal de manera inobjetable, además de un reinado en los 59 kg, la división inmediata inferior que incluyó su cetro en el Mundial de Las Vegas 2015 y Río 2016.

Argumentos más que sólidos para el ruso Artem Surkov (su víctima en la definición mundialista de 2019 y segundo con 40 rayas), y cualquier otro aspirante. Por supuesto que el camino al oro no será una panacea ni mucho menos para el indómito, uno de los mejores luchadores libra por libra en el entorno global en este minuto.

77 kg:

Si bien Yosvanys Peña ha experimentado un crecimiento en su nivel de lucha y ritmo de combate en los últimos tiempos, continúa siendo esta la categoría de menores pretensiones para la legión antillana en tokio. No se halla al nivel de los mejores exponentes europeos de ese peso como el húngaro Tamas Lorincz (líder-60 ptos). Válido acotar que en este peso el curtido venezolano Wuileixis Rivas aparece sexto-26 rayas. Peña ha podido derrotarle.

87 kg:

Es este peso uno en el que Cuba posee tradición. Recordar a Pablo Shorey, Yunior Estrada, Alan Vera y otros buenos gladiadores en el nuevo milenio nos da aliento de cara a un posible rendimiento de Daniel Gregorich.

El medallista de bronce universal sub-23 continúa su crecimiento como gladiador y aparece 5to-30 ptos en su categoría, comandada por otro Lorincz, Viktor (74 ptos). Perseverancia, resistencia y esa ambición de siempre querer más, conjugado con buena técnica del desbalance nos hace depositar confianza en él.

97 kg:

Un portento de la lucha, as del orbe entre juveniles, titular de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, y bronce en el certamen universal sub-23. Hablamos del indómito Gabriel Rosillo, llamado a convertirse en uno de los pesos pesados de la división con tan solo 21 abriles.  

Tendrá una cruenta prueba de fuego en los colchones japoneses, sobre todo en una categoría donde rusos, turcos, iraníes y representantes de las ex repúblicas soviéticas son sumamente rocosos.

De hecho, comanda el listado el ruso Musa Evloev (60 ptos), el estadounidense Gangelo Hancock es 7m0-32 ptos, y Rosillo recala 9no-30. Mencionamos a Hancock, porque Rosillo ha podido doblegarlo en par de oportunidades, y si el sorteo no maltrata mucho a nuestro portento, pudiera avanzar y medirse por puestos de podio.

Con los 130 kg comenzamos estas líneas, pero de Mijaín siempre habrá algo que decir. Baste ver la forma con la que está encarando sus sesiones de entrenamiento en casa, la convicción con la que habla de su cuarto vellocino olímpico, para creerse la historia sin remilgos aún antes de ser contada a fuerza de desbalance limpio.

Usted amigo mío, no nos abandone en esta serie de Historias de Coronavirus, donde siempre una reflexión deportiva hallará cabida. Espere la mirada profunda al estilo libre en uno y otro sexo, porque ellos redondearán otra cruzada olímpica de poderío.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.